Lazos psicópatas || Kai Anderson ||

Fecha de inscripción : 26/08/2017

EL HOTEL DE LA MUERTE

HOTEL CORTEZ — Kai Anderson

James se había asegurado de que su huésped pudiera tener el mejor servicio que podrían darle a alguien en el Cortez. Se ocupó de todo para que le entregaran un smoking al estilo de March. A parte de entregarle una invitación expresamente para él, para una cena especial que se aseguraría que fuera inolvidable para el señor Anderson. –Ah, Miss Evers. Veo que has hecho ese Rosbif de ternera con guarnición. Esplendido –Abrió su pitillera para sacarse un cigarrillo que se coloca en la boca. Mira la hora impaciente por su encuentro con Kai y enciende su cigarrillo dándole una profunda calada.

-¿Le ha llegado la invitación al señor Anderson? –Miss Evers, la lavandera a parte de cocinar para March era le encargada de entregar sus cartas de invitación a la persona afortunada. Ella está enamorada de James en secreto, no es capaz de confesar el amor profundo que siente por él, por miedo a ser rechazada. –Sí, señor March. Ese muchacho es un insolente –El moreno miró de manera desafiante a su lavandera, quien de inmediato comenzó a poner en la mesa el resto de la comida que había cocinado para esa noche especial –No hable así de mi huésped, Miss Evers. El señorito Anderson se merece más respecto. –Se escucha el timbre de la puerta –Debe ser él –Acto seguido se levantó para dirigirse a la puerta abrirla –Bienvenido, Señor Anderson. Por favor, permíteme. Miss Evers, traiga el mejor Whisky que tengamos esto se merece un brindis. –

Da una calada a su cigarrillo mirando fijamente el muchacho emprendedor para tomar asiento, mientras Miss Evers repartía el Rosbif con guarnición. –Esplendido. Bien ¿Te gusta tu smoking? Me asegurado de que lo entregara justo a tiempo. Espero que no te importe. Me gusta dar a mis huéspedes el mejor servicio. Sobre todo si el mismo es especial para mí. Ah, sí whisky. –La mujer les sirve a ambos se retira para dejarles a solas. –¿Has podido dormir bien? Es posible que algunos espíritus del hotel no dejen dormir a la mayoría de los que se hospedan aquí. En especial de esa cocainómana llamada Sally McKenna. Ah!, debo siempre controlarla, me ha causado más de un disgusto desde que quedo atrapada con más de un espíritu. Por suerte tengo algo que le hace respetarme. De no ser así estaría tal vez usando su don persuasivo para atrapar a sus víctimas. –

Levanta el vaso para brindar con Kai -¡Brindemos! Por el comienzo de una nueva amistad o algo más –le guiña un ojo de manera descara para beberse de un trago su copa.

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Fecha de inscripción : 03/10/2018

No me sorprende que al despertar me encontrara solo en la habitación, ese es el cliché más grande entre todos los clichés, y siendo brutalmente franco tampoco es que esperara otra cosa viniendo de March, por la impresión que me dio al conocerle creo que ya fue bastante el que me permitiera quedarme dormido abrazado a él, por supuesto que no podía esperar que fuera a permanecer tendido a mi lado durante toda la noche, después de todo y según me ha dicho Tate, los fantasmas no duermen, lo más probable es que pasada si acaso una hora se marchara para ocuparse de alguna otra cosa.

Lo que si me sorprendió fue el recibir una invitación de manos de la mucama, esta contaba con toda la elegancia y estilo que tanto caracterizaban al fantasma, y en la cual me citaba a cenar con él en una habitación que, suponía, sería la suya propia. Junto con la pequeña nota venia todo un conjunto de vestir, un traje muy del tipo que James vestía y que si por mi fuera jamás tendría en mi guardarropa; no me gusta demasiado tener que vestir tan elegante, sé que es necesario para algunas situaciones pero una cena con el hombre, o fantasma, que la noche pasada me preño el culo, no creo que amerite especialmente demasiadas formalidades.

Para cuando me encuentro ya trajeado llamando a la habitación indicada no puedo evitar refunfuñar, molesto conmigo mismo por haber cedido ante esta banalidad innecesaria. No me atrevo a oponerme a los deseos del dueño del hotel, quisiera hacerlo, pero me temo que solo acabaría siendo golpeado nuevamente.

No es la clase de ropa que usaría normalmente, pero supongo que está bien.- hago un esfuerzo sobrehumano por reprimir el deseo de aflojarme el cuello por temor a que el fantasma lo tome como alguna ofensa, en lo que lo he conocido me queda clara su naturaleza bastante voluble.- dormí bastante bien.- respondo al tiempo que me dispongo a tomar asiento, siempre procurando mantener unos modales finos que me eran sumamente molestos.- no tuve ningún visitante indeseado, de hecho ni siquiera me di cuenta del momento en que te fuiste de mi habitación.- abro el botón del saco con la intensión de no arrugarlo demasiado, enseguida tomo el vaso que yacía frente a mi lleno de whisky, lo alzo para seguir a su brindes para luego beber la mitad del líquido en un solo trago.

Admito que tengo cierta incertidumbre de lo que nos une ahora mismo.- confieso luego de dejar el vaso nuevamente en la mesa y disponerme a probar la comida. Esa es otra cosa curiosa, según Tate los fantasmas no sienten sabor, pero parece que March si disfruta de simular estas situaciones humanas comiendo y bebiendo como si aún se encontrara vivo.- anoche me entregue a ti sin reparo, pero hoy a plena luz del día no sé qué se supone que seamos.- con destreza tomo los cubiertos, parto una porción de filete que me aseguro de remojar bien en la salsa antes de llevármelo a lo boca y degustarlo.- ¿somos amantes? Porque si es así, tendríamos que comenzar a actuar como unos.- delicadamente limpio mis labios con una servilleta, la cual enseguida vuelvo a colocar sobre mis piernas.- Tal vez, podría sentarme a tu lado… creo que es demasiado formal que nos encontremos cada uno en un extremo de la mesa.- por mi cabeza cursa el pensamiento de que mis padres fácilmente podrían haber comido de esta forma, más que formal rayando en lo estirado; apropiado para crear limites, pero incómodo para nuestras circunstancias.- preferiría poder estar a tu costado.

Fecha de inscripción : 26/08/2017

EL HOTEL DE LA MUERTE

HOTEL CORTEZ — Kai Anderson

James no era precisamente alguien que expresara los sentimientos de manera impulsiva, era más bien reservado en esa parcela. Porque sabía que pasaría si sintiera algo meramente profundo hasta el punto de hacerle perder la cabeza.

–Porque tanto interés en saber que te une a mí señorito. –Esboza una amplia sonrisa para dejar de lado la comida, pues había perdido el interés de pronto; así que se limito en observar al joven quien comía de su plato. Volvió a responder con una sonrisa sincera ante las constantes palabras de Anderson, quien parecía interesado en saber a dónde llevaría esa relación que acababa de comenzar. -¿Qué te gustaría ser? –Saco un cigarrillo para colocarlo en la pipa, y se lo enciende con un fosforó. –Por favor, siéntate en donde desees

Le observa detenidamente sin perder una pizca esa expresión de gozo en su rostro fantasmal. –Eres importante Kai. Pero no puedo ofrecerte más que el deleite de mi compañía. Sé que has sufrido mucho, y lo que menos deseo es verte derramar lágrimas de ese precioso rostro esculpido por los dioses. –Se acerca para besar sus labios. –Ah, si…! –vuelve a incorporarse en su asiento nuevamente para darle otra calada a su cigarrillo. –Dime Kai ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Qué anhelas con ardiente fervor? Anhelas ser algo más que un líder que lidere una secta de seguidores capaces de cambiar el sistema de nuestro país. Porque yo veo a alguien capaz de eso, y mucho más, veo a través de tu oscura alma a alguien que debe librarse de las cadenas invisibles que le impide ir más allá de sus propias ambiciones. –

Aprovechando su cercanía alarga su brazo para colocar su mano encima de su hombro, y ejerce una leve presión en este. –No es solo sexo lo que deseo de ti. Si no que me entregues tu total confiada de que estarás conmigo, pase lo que pase. Seguirás ejerciendo tu mando de liderazgo para que me hagas sentir más orgulloso de lo que estoy ahora. Tú Kai Anderson, vas a guiar a tus soldados a un mundo mucho mejor. Un mundo donde la libertad de expresión sea lo fundamental. Un mundo no gobernado por el miedo. Porque tú vas a liberarlos Kai, de todo ese miedo. Te follaras sus culos, les reventaras por dentro de tu esencia y les mostraras el camino. Vas hacerlo bien, porque confío plenamente en ti.
Le confiesa con total libertad.

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Fecha de inscripción : 03/10/2018

¿Solo tu compañía?.- no consigo ocultar la expresión de desencanto que se plasma en mi rostro ante las palabras del fantasma quien declaro que lo único que puede ofrecerme es su compañía y solo eso. No es lo que me esperaba, para nada es lo que me esperaba.- pensé que luego de tener sexo habría algo más que nos uniera.- no puedo mantenerme enojado por mucho tiempo a pesar de que es lo que quiero, toda mi maldita molestia se esfuma cuando se inclina para besarme. Odio doblegarme tan fácilmente, me siento como una vergüenza pero no puedo evitarlo, una chispa de esperanza florece en mi pecho por pensar que tal vez si habría algo más, que en James March podría encontrar lo que siempre he buscado.

Luego de que vuelva a su lugar yo no dudo en ponerme de pie, cambio todos los platos hasta el otro extremo de modo que cuando me vuelvo a sentar estoy a su lado como quise desde un principio, así es mucho más cercano, me siento en una verdadera relación con el fantasma y no solo como su peón.- creo que ya te lo dije, pero yo aspiro en convertirme en un dios, la secta es solo el comienzo, ellos son mis primeros adoradores pero llegara un momento en que sean muchos más, que pueda demoler hasta el último vestigio de la sociedad y construir un orden nuevo. El miedo será la clave, solo aquellos que puedan hacerlo a un lado serán capaces de seguir el camino que yo les marcare hacia el nuevo mundo.

Después puedo continuar con la comida, un leve escalofrío me recorre cuando aprieta mi hombro pero procuro no darle mucha importancia, en lugar de eso me concentro en partir los últimos trozos de mi carne. Ya casi he terminado y todo estuvo delicioso, mejor que lo que hubiera conseguido en el bar del hotel muy seguramente.- te prometo mi total confianza, pero a cambio quiero lo mismo, quiero ser tratado como tu igual.- luego de acabarme el ultimo bocado me levanto, solo ocupo un par de pasos para ya estar frente al dueño del hotel. No me detengo a pensar si lo que hago está bien o mal ni que consecuencias podría acarrearme, solo se que me las arregle para quedar sentado sobre sus piernas, con los brazos le rodeo el cuello aunque procuro mantener un semblante sumiso. Sé que apenas hace un minuto le pedí ser tratado como un igual, pero eso es solo porque no quiero ser humillado ni maltratado, no me importa realmente mostrarme dócil siendo por voluntad propia.

Yo tampoco quiero solo sexo de ti. Quiero sentirme protegido, que realmente puedo confiar en alguien porque nunca me dejara caer.- al sentir la garganta reseca debo esforzarme por tragar, por lo general no me gusta hablar de esto ni mucho menos mostrarme como alguien débil, pero siendo con James no puedo evitarlo, porque mierda deseo tanto sentirme seguro con alguien, tener esta especie de figura paterna que tanta falta me hizo.- ¿Podrías abrazarme?

Fecha de inscripción : 26/08/2017

EL HOTEL DE LA MUERTE

HOTEL CORTEZ — Kai Anderson

James esbozó una macabra sonrisa en cuando el muchacho tomó la iniciativa se sentó encima de sus piernas. Este coloca sus manos sobre los firmes muslos de chico los apretaba mientras escuchaba el parloteo – ¡Esplendido! –Respondió con ese peculiar acento, y con ese entusiasmó miraba al líder que pretendía cambiar el sistema a uno mejor, así crear un caos político con eso se alimentaría para llegar al puesto merecedor que tanto anhelaba en el fondo de su corazón. –Tienes mi palabra de que jamás os traicionare.

Juntos cambiaremos el sistema, y le daremos lo que se merecen realmente. –Apretó las nalgas del joven el cual parecía tener dificultad por expresar lo que verdaderamente ansiaba en ese momento, un poco de amor paternal. –Claro que puedes abrazarme. –Le estrecha entre sus brazos le acaricia la cabeza suavemente le da un fuerte beso en la mejilla –Vas a hacerlo bien Kai. Yo cuidare de ti como lo hice en su tiempo con John.

Oh, deberías haberle conocido! –dijo, con esa expresión en su rostro que reflejaba la nostalgia que sentía tras recordar a su pupilo. Sujeta con vehemencia el rostro del joven para besar sus labios –Tú serás más grandioso. No vas a decepcionarme, porque no voy a decepcionarte ¿Si? –Le hace que se levante para ponerse de pie y se ajustarse la chaqueta con un gesto de sus manos. –Cada noche de Halloween celebro como cada año la noche del diablo. Desearía que estuvieras en dicho acontecimiento, si es posible –saca de su caja metálica un cigarrillo, y le da un golpecito para metédselo en la boca para encenderlo y dar una profunda calada. –Desearía que conocieras a mis pupilos.

Grandes maestros del crimen. A los que les enseñe ciertas pautas que seguir. Lo malo –da otra calada mirando fijamente a Kai a los ojos –Es que lo atraparon ¿Conoces al Richard Ramírez? Le enseñe algunas pequeñas directrices para ser el mejor en su trabajo. Su problema, se precipito demasiado en su última cacería que acabó delatándolo, y llevarlo directamente a la policía. –Confesó a Kai –No quisiera que algo así te sucediera. Porque sufriría –dijo con sinceridad, después de ver como sus pupilos acababan siendo atrapados. –Quiero que asistas Kai. Para que te vean, y puedas aprender de los mejores asesinos de la historia.

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Fecha de inscripción : 03/10/2018

El aire sale de mis pulmones de manera entrecortada, una mezcla entre sollozo y suspiro pues había extrañado demasiado esta sensación de protección que solo un padre puede brindar y que ahora vuelvo a experimentar entre los brazos de un fantasma. Quisiera poder quedarme así eternamente; con March puedo olvidarme de todo lo demás. Que importan todas mis metas, que en Michigan tenga a toda una secta aguardando por mí, no me importaría dejar todo eso de lado solo para permanecer de este modo por siembre.

Separo el rostro cuando el otro me toma de las mejillas, mi expresión es la de un niño, un animal pequeño temeroso, totalmente a merced del hombre que ahora me sostiene. El rose de sus labios sobre los míos se siente como un trago de agua, una bocanada de aire luego de estar asfixiándome, quise poder continuar asi pero no puedo pues es March quien con delicadeza me indicada que debo bajarme, así hago, de mala gana pero vuelvo a ponerme en pie. Quisiera volver a abrazarlo, solo me contengo por la certeza de que si sigo actuando de esta forma tan débil solo conseguiré despertar su furia, y no me apetece ahora acabar siendo golpeado.

Tate ya me hablo de algo sobre eso, él dijo que el día de Halloween es especial porque él puede salir de la caza y andar libremente.- luego permanezco en silencio, presto atención a sus palabras pues me estaba haciendo una invitación directa, quería que formara parte de su círculo selecto y eso no puede hacerme sentir más importante. De forma solemne asiento, me siento un poco intimidado luego de escuchar un nombre como el de Richard Ramírez, mejor conocido como el asechador nocturno, claro que conozco sobre él, y si ese es uno de sus pupilos no quiero imaginarme quienes serán los otros, temo no estar a la altura.

Asistiré, pero sería posible que me permitieras traer a alguien más?.- al preguntar mantengo un tono completo de sumisión, es vergonzoso actuar de esta forma, pero no me importa justo ahora, si en algún momento lo hace eso será cuando me encuentre muy lejos, de vuelta en Michigan.- Quisiera que Tate me acompañara, el fantasma del que te he hablado, él también es un asesino, hizo una gran masacre en su escuela, tal vez incluso te llego la noticia aquí porque creo que se armó una grande.- en lo que aguardo por su respuesta tengo la cabeza gacha, nervioso cierro y abro las manos, a pesar de la promesa que me había hecho hace escasos minutos justo ahora estaba temiendo que me golpeara o algún insulto tal vez.

Fecha de inscripción : 26/08/2017

EL HOTEL DE LA MUERTE

HOTEL CORTEZ — Kai Anderson

Mr. March arqueó una ceja en cuando menciona un nombre. -¿Quién es ese Tate?-Pregunta con curiosidad llevándose el cigarrillo a la boca, dando una profunda calada para luego sonreír mientras soltaba el humo. Luego giró su copa para llevársela a la boca terminar de un trago el contenido mientras prestaba atención a lo que decía Kai. – ¡Ah! parece un joven emprendedor. –Dijo esto con un tono sarcástico. Para volver a dar una calada a su cigarro. –Te recuerdo jovencito que aquí no tenemos mucho medios para que me facilite las noticias del exterior.

A no ser que alguien muy gentilmente me explique qué está pasando afuera–Movió la mano como un magnate que quisiera borrar algo de su cabeza, como si no le interesara lo que pasara fuera, es más, no quería saber nada porque sabía que eso no traería nada bueno. Tan solo que se enfureciera más –Normalmente no suelo invitar a desconocidos a la noche del diablo. –Confesó abiertamente sentándome en el sofá de la sala - A no ser que pueda darme algo que me regocije. Y me muestre que es digno de pertenecer a nuestro club. –Terminó aplastando el resto de su cigarrillo en el cenicero. Desabrocha los pantalones e invita a Kai a que se acercara para que pudiera acariciarle la mejilla –Ahora ser amable conmigo y hazme una buena mamada –la saca de su pantalón se masturba para que viera lo húmeda que estaba por la punta

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Fecha de inscripción : 03/10/2018

Si no quieres no lo traeré, lo que sucede es que ya le había prometido a él desde hace tiempo que pasaríamos Halloween juntos.- nervioso me esfuerzo a tragar, la cabeza gacha en todo momento.- es solo un adolescente puesto que murió siendo aún muy joven y su fantasma quedo atrapado en una casa, por eso tal parece que le hace ilusión pasar ese día fuera, me había dicho que deseaba tener una cita en la playa.- no me atrevo a seguir hablando por el miedo, ya lo he hecho mucho y presiento que con cada nueva palabra que digo el humor de James va empeorando, justo hace un momento me dio la impresión de que comenzaba a molestarse. No quiero que esa furia valla a recaer sobre mí.

Solo me atrevo a alzar la vista cuando va a sentarse a un sofá, escucho claramente el sonido de su bragueta abriéndose, obediente voy hacia el cuándo así me lo indica y tomo lugar a su lado. No puedo oponerme a ninguno de sus deseos, no sé qué mierda es lo que tiene James March, pero puta mierda, que lo único que deseo es complacerlo, hacer que este feliz, demostrarle que soy merecedor de su cariño, así que como me lo ordena no dudo en arrodillarme entre sus piernas, con una mano sujetar su pene aun flácido y comenzar a pasar la lengua constantemente sobre el glande, usando la puntita recorro la sensible piel de su prepucio sin circuncidar hasta dejar completamente libre la roja cabeza.

Pasan algunos minutos para cuando doy la primera succión fuerte enseguida de la cual me decido a meter toda su longitud, comenzar a recorrerla presionando los labios, chupando y dando suaves mordidas sin llegar a lastimarlo, pronto se le pone tan duro que me es difícil tenerlo todo adentro, su glande golpea contra la campanilla provocándome arcadas que apenas logro controlar. Abundante saliva me escurre hasta dejarle los cojones todos empapados que tengo que acariciarlos con las manos para esparcir todos esos fluidos por el escroto por el que más adelante me aseguro de pasar concienzudamente la lengua, incluso dejo algunos besos cargados de cariño por toda la zona mientras que mi mano no deja de masturbarle en ningún momento, de restregar toda esa carne venosa en la caliente piel de mi mejilla, no importa si quedo todo embarrado de semen y saliva, ahora mismo solo soy su perra obediente, ansiosa por recibir su leche tibia.- James…- el sonido suena ronco cuando sale de mi garganta, no es de extrañar si mi boca acaba de ser follada.- hazme el amor James.- con cuidado me muevo, busco subir hasta poder sentarme en las piernas del fantasma, tratar de acurrucarme en su regazo porque eso es lo que necesito, sentirme protegido entre los brazos de este hombre que vivió décadas antes de que yo naciera.- por favor.

Fecha de inscripción : 26/08/2017

EL HOTEL DE LA MUERTE

HOTEL CORTEZ — Kai Anderson

El magnate sentía la boca del menor alrededor de su miembro flácido que agarró de la base con firmeza, y este comenzó a bombear con suaves movimientos de mano al principio que hasta ahora no parecía hacerlo nada mal.

James gozaba de las sensaciones que le provocaba con el solo rozamiento de la lengua por el glande enrojecida que conforme más chupaba más duro se le ponía, hasta el punto de empezar a jadear fuerte por cada succión a su polla, cada vez más erecta debido a la constante estimulación oral del líder.

A March le gustaba el sexo rudo, así que agarró la cabeza del joven comenzó a atragantar su boca con su polla para luego sacarla, Kai gozaba, lo disfrutaba como una zorrita sedienta de corrida.

Se follaba la boca del chico que la abría más hasta que toda la tranca le llegara al fondo de la garganta. Le costaba respirar, debido a las clavadas de polla de James, quien se apartó antes de venirse en la boca del joven.

Fue entonces cuando Kai le reclama que le haga el amor, extrañó, puesto que él no era de hacer ese tipo de cosas haría una pequeña excepción por esta vez. Se fue quitando la ropa sin apartar la mirada de chico que lo miraba con deseo.

Luego de que le hiciera una buena mamada de testículos lo arrastró a su habitación, lo desnudo por completo, y lo empujó a la cama para ponerse encima de él.

De una sola vez se la metió notando las paredes del joven abrirse de golpe. Kai se quejó por el dolor de la embestida pero conforme iba metiéndosela más placer recibía por parte de James; unas buenas clavadas de polla profundas, notando la próstata del chico que machacó sin descanso hasta dejarlo enteramente satisfecho. Lamió sus lágrimas calmándole, la expresión de Kai contraída. Le besó con metiendo su lengua en la garganta del chico, este respondió con el mismo salvajismo gimoteando moviendo la lengua.

se apartó para tumbarse boca arriba en la cama ansioso por más –Hora de cabalgar señorito Anderson –Le agarró la nalga le dio una cachetada fuerte para dejarle buena marca de sus dedos. Lo volvió a besar con fuerza él encima ambos enredados, arañándose, dos animales dispuestos a todo en esa noche salvaje.

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