Canto demoníaco || Libre || +18
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por Michael Langdon Lun Abr 15, 2019 10:34 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015, 1:30 PM
Estaba entretenido mirando la televisión mis dibujos favoritos, cuando de pronto fui interrumpido por un señor que vestía de negro, y que acompañaba a mi abuela que me miraba de manera extraña. –Michael, este es el sacerdote Paul ha venido para hablar contigo. –luego de eso la abuela me deja con ese señor extraño que abre su maletín y comienza a sacar cosas de esta. Fruncí el ceño sin dejar de mirarle, no sabía que se proponía aquel hombre, pero no me gustaba la manera en que me estaba mirando.
De pronto me empieza a gritar en un idioma que desconocía, y mis oídos empezaba calentarse -¡Basta me está haciendo daño! Se lo voy a decir a la abuela. –Por mucho que le gritara el hombre, no me dejaba en paz, parecía que quería hacerme daño. Sentí una extraña sensación recorriendo en mi cuerpo. Justo miré la estantería, cuando de pronto esta se volcó aplastando la cabeza al hombre que murió en el acto. –Eso le pasa por no dejarme en paz. –Luego volví a sentarme para ver la televisión cuando escuché el grito de mi abuela. –Abu –ella me agarra de la oreja comienza decirme cosas feas. Yo sabía que estaba molesta por lo que le hice a ese señor. –No dejaba de hablarme de manera extraña. No paraba de lanzarme agua me quemaba los oídos abuela –le intenté explicar pero no parecía que me escuchara.
Entonces mi abuela furiosa me agarro de los brazos me embiste contra la pared, sin dejar de decirme. “Que era un monstruo” intenté defenderme pero al ver que estaba a punto de estrangularla me aparte de forma brusca. –Yo no…quería hacerte daño –solté unas lagrimas, estaba tan confundido que no sabía que estaba pasando, y porque mi abuela me odiaba tanto que quería que ese señor me hiciera daño. Entonces me fui de la casa descalzo corrí por la acelera sin dejar de llorar. Miraba a todas partes desorientado, para luego acabar sentándome en unas escaleras.
Lloré porque no sabía a dónde ir, no conocía a nadie, y la gente que pasaba a mi lado no le importaba demasiado. Enterré mi cabeza en mis piernas gimoteé queriendo sacar mi dolor que me quemaba por dentro. Había algo raro dentro de mí, yo lo sabía, era una sensación extraña maligna que intentaba decirme algo. Sequé mis lagrima vi a un hombre cruzar la carretera, en ese momento me levanté para verme los pies que estaban sangrando –Oh, sangre ¿de dónde? -Me había cortado en la planta del pie con una botella que había en el suelo rota.
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Última edición por Michael Langdon el Miér Jun 26, 2019 5:00 pm, editado 1 vez
por Kai Anderson Sáb Abr 20, 2019 8:34 am
Los Angeles no era tan mal lugar, no puedo decir que ya estuviera del todo acostumbrado pero si que he aprendido a asimilarlo, por lo menos durante el tiempo que he pasado aquí. Cuando llegue buscando un tiempo para relajarme nunca espere toparme con tantos fantasmas y basura sobrenatural, antes nunca llegue a creer en esto, con Winter incluso disfrutábamos burlarnos de los chiflados que juraban haber sido testigos de esa clase de sucesos, y ahora resulta que yo no solo lo he sido, sino que incluso puedo decir que me follo a un fantasma. Como experiencia de vida supongo que no puedo quejarme.
Total que mientras este aquí no puedo pasarme ni todo el tiempo en el Cortez ni en la casa con Tate, lo haría si pudiera pero la presencia de los nuevos inquilinos complica mucho las cosas, de hecho justo ahora tenia pensado tener una buena sesión de folleteo pero justo resulta que los malditos inquilinos planearon montar una fiesta gigante; no me quedo de otra que quedarme desde afuera viendo todo ese horroroso escándalo que se montaban. Podría colarme fácilmente, sí, pero no tenía caso, me exponía demasiado a ser descubierto.
Resignado no me quedo de otra que marcharme, aun no me apetecía regresar al hotel y encontrarme con Marcha de modo que en lugar de eso decide dar un paseo, caminar por las calles cercanas a la casona. Todos aquí parecían estar podridos en opulencia, me encantaría poder traer a todos mis seguidores y hacer una buena limpieza en el vecindario, tal vez debería hacerlo, pero tengo que planearlo bien antes que nada, la mayoría de mis hombres son fieles pero estúpidos, dependen de mí enteramente para dirigirlos. Iba entretenido pensando en esas cosas cuando repare en un joven sentado en la acera; lucia perdido, extraviado en más de un sentido, incluso su ropa era solo un pijama y mirándole mas detenidamente pude notar algo rojo en uno de sus pies que intuyo será sangre.
Una pobre alma que necesita ser guiada por su salvador.
Oye te encuentras bien?.- trotando no tardo en acercarme, en mi rostro una expresión consternada con la que no le quedaran dudas de que estaba preocupado por el.- que te ha pasado, alguien te lastimo?.- visto desde cerca vuelvo a tener la impresión de que estaba totalmente perdido, incluso me parecía un niño pequeño que se separó de su madre, pero eso no podía ser, el joven que tenía frente a mí no podía ser mucho menor que yo.- en este mundo podrido hay muchas personas malvadas, venga deja que revise tu pie, estas sangrando.- comienzo a preguntarme si me estará entendiendo pero quiero creer que sí, no lucia demasiado tonto.- ¿tienes un lugar a donde ir chico?.- mientras hablaba me arrodillo frente a él, con cuidado tomo su pie herido que levanto colocándolo sobre mi rodilla de modo que pueda examinarlo.
No traía papel ni nada conmigo que pudiera servirme para primeros auxilios así que tengo que rasgar mi camisa, saco un buen pedazo de tela con el que poder hacer un amarre alrededor de la planta, no era una curación muy buena pero serviría de momento, al menos detendría la sangre.- con eso estarás bien por un momento, pero aún no sé cómo puedo llamarte ni si estarás bien si te dejo aquí, yo soy Kai Anderson, mucho gusto.
Total que mientras este aquí no puedo pasarme ni todo el tiempo en el Cortez ni en la casa con Tate, lo haría si pudiera pero la presencia de los nuevos inquilinos complica mucho las cosas, de hecho justo ahora tenia pensado tener una buena sesión de folleteo pero justo resulta que los malditos inquilinos planearon montar una fiesta gigante; no me quedo de otra que quedarme desde afuera viendo todo ese horroroso escándalo que se montaban. Podría colarme fácilmente, sí, pero no tenía caso, me exponía demasiado a ser descubierto.
Resignado no me quedo de otra que marcharme, aun no me apetecía regresar al hotel y encontrarme con Marcha de modo que en lugar de eso decide dar un paseo, caminar por las calles cercanas a la casona. Todos aquí parecían estar podridos en opulencia, me encantaría poder traer a todos mis seguidores y hacer una buena limpieza en el vecindario, tal vez debería hacerlo, pero tengo que planearlo bien antes que nada, la mayoría de mis hombres son fieles pero estúpidos, dependen de mí enteramente para dirigirlos. Iba entretenido pensando en esas cosas cuando repare en un joven sentado en la acera; lucia perdido, extraviado en más de un sentido, incluso su ropa era solo un pijama y mirándole mas detenidamente pude notar algo rojo en uno de sus pies que intuyo será sangre.
Una pobre alma que necesita ser guiada por su salvador.
Oye te encuentras bien?.- trotando no tardo en acercarme, en mi rostro una expresión consternada con la que no le quedaran dudas de que estaba preocupado por el.- que te ha pasado, alguien te lastimo?.- visto desde cerca vuelvo a tener la impresión de que estaba totalmente perdido, incluso me parecía un niño pequeño que se separó de su madre, pero eso no podía ser, el joven que tenía frente a mí no podía ser mucho menor que yo.- en este mundo podrido hay muchas personas malvadas, venga deja que revise tu pie, estas sangrando.- comienzo a preguntarme si me estará entendiendo pero quiero creer que sí, no lucia demasiado tonto.- ¿tienes un lugar a donde ir chico?.- mientras hablaba me arrodillo frente a él, con cuidado tomo su pie herido que levanto colocándolo sobre mi rodilla de modo que pueda examinarlo.
No traía papel ni nada conmigo que pudiera servirme para primeros auxilios así que tengo que rasgar mi camisa, saco un buen pedazo de tela con el que poder hacer un amarre alrededor de la planta, no era una curación muy buena pero serviría de momento, al menos detendría la sangre.- con eso estarás bien por un momento, pero aún no sé cómo puedo llamarte ni si estarás bien si te dejo aquí, yo soy Kai Anderson, mucho gusto.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Sáb Abr 20, 2019 6:23 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Las lágrimas escurrían por mis mejillas cuando el desconocido se me acerco para preguntarme si estaba bien. Yo negué con la cabeza pues estaba del todo, menos bien, debido a todo lo que me había pasado minutos antes. –No – Le respondí, cuando se me acerca tras percatarse del corte que me había hecho en el pie derecho. –No recuerdo como me hice el corte…– me seque las lagrimas con las manos mirando al tipo que cubría su rostro con sus largos rizados cabellos azulados, que le daba un aspecto juvenil, desenfadado, me recordaba a al líder de Nirvana como lucía en uno de sus videoclips.
Asentí a su afirmación de que había personas malvadas. –Es usted muy amable, gracias. –respondí mirando atentamente cuando examinaba mi pie ensangrentado. Era extraño, pero no me dolía mucho, quizás fuera eso lo que no le diera importancia al corte. Parpadee a su pregunta de que si tenía lugar a donde ir.
Dirigí mi mirada a lo largo de la calle justo al final estaría la casa de mi abuela, que minutos antes me había regañado tras haber aplastado al sacerdote con la estantería. Pero no fue mi intención, me estaba haciendo daño, y necesitaba que ese dolor parara. –No –Respondí para añadir –no tengo a nadie a quien acudir –quise sonar convincente para que entendiera que estaba solo, que no tenía a nadie, ni un padre a quien me ayudara en una situación como aquella.
Miré al hombre que se había arrodillado, quien parecía preocupado por mi corte, más que yo mismo. -¿Es profundo? –pregunté dudando de ello, porque no sabía demasiado sobre cortes, era la primera vez que me hacía uno. Entonces vi su predisposición, a ayudarme, mientras este se arrancaba un trozo de tela de su camiseta para luego vendarme el pie, y ver esa expresión que me decía “Puedo fiarme de él.” Ojala hubiera sido mi padre este desconocido en lugar de mi verdadero padre, el cual, no quiere verme porque cree que soy un monstruo.
O eso me dijo mi abuela mientras me gritaba con rabia a no poder controlar la situación, era su forma de hacerme sentirme como una mierda, su manera de expresar la rabia que sentía de no poder controlar a su nieto de la forma que ella quería.
Al fin, me dice su nombre así que le respondí con el mío –Michael -dude un segundo en decirle mi apellido pues tal vez recordaría que había un Langdon, uno, que había muerto tras ser tiroteado en la habitación de su cuarto por un equipo de SWAT. Averigüe que mi padre había muerto porque el mismo había asesinado a 15 universitarios de Westfield en el 94.
Pero finalmente lo dije –Langdon –sonreí al decírselo porque no había necesidad de ocultar que era el hijo de supuesto mal, o eso tengo entendido después de que mi abuela me confesara que era un monstruo maligno.
¿Puedo quedarme contigo Kai? No tengo a donde ir ¿Vive muy lejos de aquí? –Sujete su hombro vi algo, un especie de visión, en que veía a Kai en lo alto de un podio mientras intentaba convencer a esas personas congregadas de que el miedo era la clave, el miedo debía de liberaros. Solté su hombro le miré fijamente –llévate contigo Kai.
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por Kai Anderson Mar Abr 23, 2019 3:44 am
Langdon, es enserio?.- no puedo creerlo, justo hay un Langdon que yo quisiera estar follandome justo ahora, y resulta que el joven que tengo frente a mí también lleva ese mismo apellido.- Que curioso, de casualidad eres familiar de Tate Langdon? Es solo un mocoso que murió hace varios años luego de armar un tiroteo en su escuela, ya sabes fue una especie de pionero en eso de las matanzas escolares.- Aunque lo fuera no me esperaba que me respondiera con honestidad, cualquiera con sentido común querría ocultar esa información por miedo a ser juzgado, en especial este chico, Michael, que parecía ya haber sido bastante atacado por la vida.- No importa, tal vez no lo conozcas y no tienes que responderme si no quieres.- con discreción enarco una ceja cuando me pide quedarse conmigo; lo cierto es que no me esperaba que fuera así de fácil, pensaba que me costaría más trabajo llegar a él si es que al final realmente me interesaba, pero me encuentro ante una situación diferente.
Vivo en Michigan, así que sí, está un poco lejos, pero te puedes quedar en mi hotel si quieres, no te preocupes, anda ven conmigo.- Este joven necesitaba de una guía, un pilar fuerte en el que sostenerse, incluso llegaba a recordarme un poco a Tate, tal vez fue por eso que rodee con un brazo sus hombros, le estreche tratando de transmitirle seguridad a mi lado.- Todo estará bien, no te preocupes yo cuidare de ti.- Aunque ahora se me presentaba un problema, dije que le llevaría a mi hotel pero no estoy tan seguro de que esa sea la mejor opción, lo más probable es que dentro del Cortez corra más peligro que aquí en medio de la calle, y no quiero que James nada más verlo comience con su tan acostumbrado parlotear de hacer al asesino perfecto y bla, bla, bla.
No, esa perspectiva no me gusta en lo más mínimo pero no me queda de otra, no voy a gastarme más dinero yéndome a otro hotel por más barato que sea durante un tiempo indefinido.- Pero primero necesitas otra ropa, no puedes andar descalzo y con piyama, yo podría prestarte algo pero no tengo otro calzado.- con pesadez suelto un suspiro, le hago la parada a un taxi que justo iba pasando vacío luego de dejar a una pareja en una casa más allá.- Ven.- tiro de Michael para que me siga y suba al vehículo; tras cerrar la puerta le indico al conductor que nos llevara hacia un centro comercial que no quedaba tan lejos, además era bastante económico, allí podríamos comprar lo necesario.- Pareces asustado, no conoces este vecindario?.- pregunto poniendo mi atención en el muchacho, su rostro ahora estaba sucio luego de todo lo que estuvo llorando. Inútilmente busco en mis bolsillos algún pedazo de papel o algo que me sirviera para limpiarlo pero no tenía nada, justo por eso es que debí rasgar mi camisa para vendarle.- Hace años los hombres solían siempre llevar un pañuelo, creo que debería volver a adoptar esa costumbre.- a falta de algo mejor me desabotono la manga que me llegaba a la muñeca, sujeto una de las orillas y con ella restriego suavemente las mejillas de Michael donde aún se notaban los vestigios de sus lágrimas, recorro la comisura de sus ojos teniendo sumo cuidado y finalmente hago una ligera presión sobre su nariz.
Al alejar mi mano tomo un poco de distancia, observándole complacido con el resultado.- así está mucho mejor, sino hubiera parecido que te secuestre.- Cuando el taxi se detiene y luego de pagarle bajamos, hago que el rubio me siga hacia una de las tiendas de ropa, allí elijo para él un cambio sencillo, en la sección de ropa interior tomo un par de calcetines, por unos segundos me quedo viendo todos los boxers preguntándome si debería también comprarle unos; su pijama lucia limpia así que no debería haber motivo para que lo de abajo no lo estuviera, aunque por si acaso al final me decidí a comprar unos también solo porque no quería andar junto a alguien que oliera a polla a menos que fuera a la mía.- esto debería bastar, toma ayúdame a cargar.- le paso la canastilla más que nada para que el también hiciera algo.- Solo faltan los zapatos, mire unos deportivos en oferta así que podrían servir.- nos tomó algunos minutos más pero por fin conseguimos salir de la dichosa tienda cargando varias bolsas luego de pagarlo todo. Ahora faltaba encontrar un lugar donde pudiera cambiarse.- busquemos un restaurante, te vistes en los baños y aprovechamos a comer algo.
Vivo en Michigan, así que sí, está un poco lejos, pero te puedes quedar en mi hotel si quieres, no te preocupes, anda ven conmigo.- Este joven necesitaba de una guía, un pilar fuerte en el que sostenerse, incluso llegaba a recordarme un poco a Tate, tal vez fue por eso que rodee con un brazo sus hombros, le estreche tratando de transmitirle seguridad a mi lado.- Todo estará bien, no te preocupes yo cuidare de ti.- Aunque ahora se me presentaba un problema, dije que le llevaría a mi hotel pero no estoy tan seguro de que esa sea la mejor opción, lo más probable es que dentro del Cortez corra más peligro que aquí en medio de la calle, y no quiero que James nada más verlo comience con su tan acostumbrado parlotear de hacer al asesino perfecto y bla, bla, bla.
No, esa perspectiva no me gusta en lo más mínimo pero no me queda de otra, no voy a gastarme más dinero yéndome a otro hotel por más barato que sea durante un tiempo indefinido.- Pero primero necesitas otra ropa, no puedes andar descalzo y con piyama, yo podría prestarte algo pero no tengo otro calzado.- con pesadez suelto un suspiro, le hago la parada a un taxi que justo iba pasando vacío luego de dejar a una pareja en una casa más allá.- Ven.- tiro de Michael para que me siga y suba al vehículo; tras cerrar la puerta le indico al conductor que nos llevara hacia un centro comercial que no quedaba tan lejos, además era bastante económico, allí podríamos comprar lo necesario.- Pareces asustado, no conoces este vecindario?.- pregunto poniendo mi atención en el muchacho, su rostro ahora estaba sucio luego de todo lo que estuvo llorando. Inútilmente busco en mis bolsillos algún pedazo de papel o algo que me sirviera para limpiarlo pero no tenía nada, justo por eso es que debí rasgar mi camisa para vendarle.- Hace años los hombres solían siempre llevar un pañuelo, creo que debería volver a adoptar esa costumbre.- a falta de algo mejor me desabotono la manga que me llegaba a la muñeca, sujeto una de las orillas y con ella restriego suavemente las mejillas de Michael donde aún se notaban los vestigios de sus lágrimas, recorro la comisura de sus ojos teniendo sumo cuidado y finalmente hago una ligera presión sobre su nariz.
Al alejar mi mano tomo un poco de distancia, observándole complacido con el resultado.- así está mucho mejor, sino hubiera parecido que te secuestre.- Cuando el taxi se detiene y luego de pagarle bajamos, hago que el rubio me siga hacia una de las tiendas de ropa, allí elijo para él un cambio sencillo, en la sección de ropa interior tomo un par de calcetines, por unos segundos me quedo viendo todos los boxers preguntándome si debería también comprarle unos; su pijama lucia limpia así que no debería haber motivo para que lo de abajo no lo estuviera, aunque por si acaso al final me decidí a comprar unos también solo porque no quería andar junto a alguien que oliera a polla a menos que fuera a la mía.- esto debería bastar, toma ayúdame a cargar.- le paso la canastilla más que nada para que el también hiciera algo.- Solo faltan los zapatos, mire unos deportivos en oferta así que podrían servir.- nos tomó algunos minutos más pero por fin conseguimos salir de la dichosa tienda cargando varias bolsas luego de pagarlo todo. Ahora faltaba encontrar un lugar donde pudiera cambiarse.- busquemos un restaurante, te vistes en los baños y aprovechamos a comer algo.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Miér Abr 24, 2019 6:57 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Permanecí en silencio mirándole fijamente a los ojos mientras kai expresaba su enorme entusiasmo, tras descubrir, que pertenecía a la familia de Tate.
Bajé la mirada porque me entristecía saber que él no quería verme. Ya qué mi abuela me contó que mi propio padre me había rechazo por ser algo maligno, y que rehusaba de mi porque cree que no soy parte de él, sino otro tipo de ser. Tras mencionar Kai que vivía en Michigan le respondí rápidamente con cierto entusiasmo en mi tono de voz –Nunca he estado en Michigan, me encantaría poder viajar allí ¿Piensas volver? –Me levanté con su ayuda poniendo el pie desnudo en el suelo, sin dejar de mirarle con una sonrisa. –Gracias, por cuidar de mí –Esperé a que Kai decidiera llevarme al hotel, pero parecía quedarse en silencio pensando en que debía de hacer.
Sin darme cuenta pude leer su mente, algo que me había sucedido en otra ocasión, en una en la que logre leer los pensamientos del sacerdote antes de que le cayera encima la estantería y lo matara. Intente no hacerlo, pero no puedo evitarlo, es una parte de mis poderes que no debe saber, al menos por ahora. Luego él se queda mirando la ropa que llevaba puesta. Ya que solo llevaba puesto el pijama con una chaqueta vaquera que me había llevado del armario–No tengo dinero –confesé, caminando a su lado. Justo Kai para un taxi que aminora la marcha.
El taxista me mira con el ceño ligeramente fruncido examinándome, y se saca el cigarrillo de la boca para decirme -¿Estás bien chico? –asentí a la pregunta tomando asiento al lado de Kai, quien le dice que nos dejara en el centro comercial. Parpadeo mirando a Kai quien me preguntaba si conocía el vecindario –Un poco –le respondí –La abuela apenas me dejaba salir. Decía que era demasiado pequeño para ir al parque. –le miraba con mis expresivos ojos mientras se ocupaba de limpiarme las lagrimas que se habían secado. Le miré fijamente sin saber que decir después de lo que hizo.
Luego más tarde en el centro comercial, paseaba mi mirada por el escaparate entretenido con una amplia sonrisa en los labios. –Este centro comercial es fabuloso. –Empujé el carro con todo lo que había comprado Kai, eran muchas cosas, tal vez era rico y podría permitirse el lujo de comprar tantas cosas como quisiera.
Paseaba la mirada por las estanterías mirando todo lo que había a mi alrededor. Entonces vi a un hombre que vestía con una túnica negra que pasea por los alrededores, me quede mirándole fijamente pero no le dije nada a Kai, prefería guardármelo.
Perdí la pista del tipo cuando entramos en el restaurante, en los lavados me cambie de ropa como me había pedido Kai. Ya vestido aseado salí del cuarto de baño -¿Qué te parece? –Me di la vuelta para luego pasar mis manos por mi nueva ropa –Me encanta, gracias Kai, eres muy amable conmigo. Te prometo que cuando pueda te compensare por todo lo que haces por mí. Ahora vamos a comer.
Cruce la mirada con un hombre que se queda mirándome para luego entrar en el cuarto de baño.
Me senté para tomar el menú echar una hojeada–Pediré tortitas con sirope de frambuesa y miel, y un zumbo de naranja –dije con entusiasmo mirando al camarero que se había acercado para anotar el pedido, y luego se dirigió a Kai con el ceño fruncido. Me di la vuelta mirando al tipo que había salido del cuarto de baño. Juraría haberle visto antes pero llevaba puesto una túnica negra.
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por Kai Anderson Sáb Abr 27, 2019 9:06 am
Acabamos entrando en un restaurante de estilo americano, el más cercano a las escaleras. Mientras el chico se fue al baño para cambiarse yo aguarde sentado en una mesa, distraído miraba el celular comprobando todos los mensajes que tenía hasta ahora, varios de ellos de Winter quien me atosigaba preguntándome si pronto regresaría a casa, otros de los miembros de mi secta que tuvieron los huevos suficientes para mandarme mensajes preguntando por mi estado, incluso tenía un par de Vincent, ese bastardo egoísta que solo se preocupaba por sí mismo; con todo me termino tomando algo de tiempo responder al menos alguna frase escueta con la única intención de hacer notar que me encontraba de maravilla, a mis hombres seguidores les ordene mantenerse firmes y aguardar por mi regreso, de igual forma les recomendé adquirir mejor condición física y fuerza mental pues pronto tendríamos mucho en lo que trabajar.
Para cuando Michael regresa aún continuaba revisando los últimos mensajes. Ya estoy completamente convencido que es mucho mas un niño que un hombre, vamos que lo apostaría sin miedo a perder.- Te queda bastante bien, y me alegro de que te guste.- vuelvo a guardar el celular en el bolsillo tras asegurarme de dejarlo en modo silencioso porque odio ser interrumpido.- No tienes que preocuparte de nada, siempre me da gusto poder ayudar a alguien, y nada más verte supe que necesitabas de alguien que te sostuviera.- ahora que ambos estábamos en la mesa puedo tomar la carta para echarle un vistazo rápido, dejo que sea el quien ordene primero y no puedo reprimir la sonrisa ante su orden, casi podía imaginármelo como un crío de 9 años todo ansioso por comer algo dulce y jugar con la pajilla.- Yo quiero un omelette de tocino, y para tomar un café negro.- luego de que el camarero anotara nuestras ordenes le entrego la carta de vuelta, no tarda mucho en regresar trayendo nuestras bebidas, cuando pone frente a mí el café le echo un par de sobresitos de azúcar, luego le doy un trago para confirmar que estuviera bueno.
Quisiera saber más de ti, hace un rato mencionaste a tu abuela, vives con ella?.- Me remuevo en mi silla hasta quedar más cómodo, mi espalda recargada en el respaldo y las manos sobre la mesa.- Aguarda creo que debí comenzar con algo más importante, dime Michael, que edad tienes?.- lleno de curiosidad me inclino hacia adelante enfocando la mirada en él, en apariencia fácilmente le daría 17 o 19, 20 tal vez, pero no creo que ninguna de esas cifras sean correctas sino más bien una mucho más baja.- no te preocupes, puedes serme totalmente sincero.- por un segundo mi mirada se desvía hacia un sujeto de aspecto extraño, un jodido chalado envuelto en una túnica negra que justo iba saliendo del restaurante.- De echo voy a enseñarte un juego, coloca tu mano derecha sobre la mesa y extiende el meñique.- al darle esa indicación yo pongo el ejemplo haciéndolo igual, aguardo a que me obedezca, entonces entrelazo mi dedo con el de él. Nuestras miradas fijas cuando entablamos la conexión.- Ahora estamos unidos, y mientras nuestros meñiques estén juntos no podemos mentir, diremos solo la verdad, brutal y honesta.
Dime Michael, que edad tienes?.- al preguntarle mantengo la mirada fija en él, nada más importa en ese momento, y es como si nada mas existiera justo ahora.- Cargas un gran dolor, puedo verlo, y quiero saber qué es lo que lo provoca.- en ese momento el mesero se para junto a la mesa y nos coloca a cada uno nuestras ordenes al frente pero ni siquiera giro un poco a verle, porque lo que estábamos haciendo era mucho más importante.- no rompas la conexión, solo respóndeme.
Para cuando Michael regresa aún continuaba revisando los últimos mensajes. Ya estoy completamente convencido que es mucho mas un niño que un hombre, vamos que lo apostaría sin miedo a perder.- Te queda bastante bien, y me alegro de que te guste.- vuelvo a guardar el celular en el bolsillo tras asegurarme de dejarlo en modo silencioso porque odio ser interrumpido.- No tienes que preocuparte de nada, siempre me da gusto poder ayudar a alguien, y nada más verte supe que necesitabas de alguien que te sostuviera.- ahora que ambos estábamos en la mesa puedo tomar la carta para echarle un vistazo rápido, dejo que sea el quien ordene primero y no puedo reprimir la sonrisa ante su orden, casi podía imaginármelo como un crío de 9 años todo ansioso por comer algo dulce y jugar con la pajilla.- Yo quiero un omelette de tocino, y para tomar un café negro.- luego de que el camarero anotara nuestras ordenes le entrego la carta de vuelta, no tarda mucho en regresar trayendo nuestras bebidas, cuando pone frente a mí el café le echo un par de sobresitos de azúcar, luego le doy un trago para confirmar que estuviera bueno.
Quisiera saber más de ti, hace un rato mencionaste a tu abuela, vives con ella?.- Me remuevo en mi silla hasta quedar más cómodo, mi espalda recargada en el respaldo y las manos sobre la mesa.- Aguarda creo que debí comenzar con algo más importante, dime Michael, que edad tienes?.- lleno de curiosidad me inclino hacia adelante enfocando la mirada en él, en apariencia fácilmente le daría 17 o 19, 20 tal vez, pero no creo que ninguna de esas cifras sean correctas sino más bien una mucho más baja.- no te preocupes, puedes serme totalmente sincero.- por un segundo mi mirada se desvía hacia un sujeto de aspecto extraño, un jodido chalado envuelto en una túnica negra que justo iba saliendo del restaurante.- De echo voy a enseñarte un juego, coloca tu mano derecha sobre la mesa y extiende el meñique.- al darle esa indicación yo pongo el ejemplo haciéndolo igual, aguardo a que me obedezca, entonces entrelazo mi dedo con el de él. Nuestras miradas fijas cuando entablamos la conexión.- Ahora estamos unidos, y mientras nuestros meñiques estén juntos no podemos mentir, diremos solo la verdad, brutal y honesta.
Dime Michael, que edad tienes?.- al preguntarle mantengo la mirada fija en él, nada más importa en ese momento, y es como si nada mas existiera justo ahora.- Cargas un gran dolor, puedo verlo, y quiero saber qué es lo que lo provoca.- en ese momento el mesero se para junto a la mesa y nos coloca a cada uno nuestras ordenes al frente pero ni siquiera giro un poco a verle, porque lo que estábamos haciendo era mucho más importante.- no rompas la conexión, solo respóndeme.
Kai Anderson
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Humanos
por Michael Langdon Mar Abr 30, 2019 8:54 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Miré a Kai fijamente sin decirle nada sin necesidad de palabras por unos instantes; Parpadeo sonriendo cuando él me interrumpe con su pregunta de querer conocer más de mi.
Al mencionar a mi abuela me tensé, pero debía de relajarme, no quería causar más problemas a alguien que se ha ofrecido a ayudarme. –Vivía antes con mi abuela –confesé colocando mis manos encima de la mesa.
Sonreí ante la pregunta con respecto a mi edad, algo que no sabía cómo responder porque ni yo mismo sabía qué edad tenía exactamente. La abuela me dijo que tenía tres años, pero me miro como los hombres adultos más que un niño, como si mi cuerpo creciera a ritmo agigantado.
–Haces demasiadas preguntas –Respondí con un tono suave sin aparentar nerviosismo alguno al respecto. Desvié mi mirada al tipo que hace unos minutos había salido de los lavados. Era el mismo tipo que vestía una túnica negra, y que nos había estado siguiendo desde que salimos del centro comercial.
Miré con cierta extrañeza cuando Kai coloca su codo encima de la mesa, y levanta el meñique como si quisiera que lo enganchara -¿Qué juego este? –Pregunté, hago lo que me pide sin entender el funcionamiento de ese juego que había iniciado. Agarré su meñique con firmeza le miré fijamente a los ojos, noté un especie de sensación que desconocía en mi interior. No había sentido algo parecido en mi vida.
Presté atención a lo que me decía sin apartar mí mirada de la suya, dispuesto a cooperar, porque tenía curiosidad de saber a dónde me llevaría aquello. Mi sonrisa se ensancha ante la primera pregunta que me hace. –No lo sé –Respondí, recordando a mi abuela cuando me miraba con incredulidad desde mi cama, no daba crédito a lo que estaba viendo, parecía que desde que crecí unos centímetros de estatura algo había cambiado en ella.
Dejando atrás mi pasado miré fijamente a Kai quien parecía intuir lo que sentía en mi interior, pero el dolor del que hablaba había desaparecido, no sentía nada al respecto. –Ya no siento dolor. -Admití sonriendo percibiendo a través de su mirada el dolor que guardaba en su interior, ese dolor que parecía cubrir un manto de desigualdad creyendo que así lograría cubrirlo lo suficiente para hacerlo desaparecer. –Tú sientes dolor puedo percibirlo. Dijiste que no podemos engañarnos ¿verdad? Dime porque guardas ese dolor tanto tiempo creyendo que de esa forma lo harías desaparecer para siempre de tu vida. –Justo en ese momento nos interrumpe el camarero que había traído nuestro pedido.
Este se nos queda mirando con cierta incredulidad para ir colocando los platos encima de la mesa. Yo no aparté mi mirada en la de Kai quien esperaba una respuesta, sin romper en ningún momento la conexión de la que hablaba. –Puedo sentir tu dolor. ¿Qué es lo que te aflige? –Apreté un poco el meñique dispuesto a continuar leyendo su mente, era como un libro abierto para mí, pero no quise llegar lejos porque sabía que mis poderes estaban empezando a desarrollarse. –Lo siento…yo. No sé que me ha pasado. Parpadee al darme cuenta de lo que casi estaba a punto de hacer.
Post Libre
por Kai Anderson Miér Mayo 01, 2019 6:23 am
¿No sabes qué edad tienes?.- mi ceño se entrecierra ante esa respuesta, llego a pensar que tal vez este mintiendo pero de inmediato desecho la idea, no creo que Michael fuera a engañarme luego de lo que he hecho por él, y aunque ciertamente es muy poco tiempo para formarme una impresión acertado pero mi intuición casi nunca falla.- entonces no eres un adulto realmente, no es cierto? No pareces un adulto.- Parpadeo mientras que le sigo escuchando, su respuesta a mi segunda pregunta y el repentino cambio que tiene en su personalidad, al principio es casi imperceptible pero pronto se vuelve más y más obvio para mí. El joven que ahora tenía sentado frente a mí, cuestionándome, hablándome de esa forma en la que trataba de quebrar mi espíritu, ese no es el mismo niño que yo encontré desvalido en la calle y a quien compre ropa, sino algo totalmente diferente.
Si me demuestras ser de confianza te contare aquello que me lastima, por ahora confórmate con saber que no me avergüenzo de mi dolor, es más, lo abrazo porque me hace fuerte, han sido esas experiencias las que me han vuelto quien soy ahora, me han hecho abrir los ojos a la realidad del mundo, y esa es que la sociedad esta podrida, los humanos son criaturas tontas que buscan el miedo, lo desean con todas sus fuerzas pues este les hace liberarse, olvidarse de cualquier otra preocupación que puedan tener, así que mi propósito es brindarles de ese miedo, porque solo aquellos valientes que no teman a pararse en el acantilado serán los elegidos para guiarlos en la nueva era.
Tal como surgió esa repentina conducta del mismo modo pude literalmente presenciar ante mis ojos el momento exacto en que el chico frente a mi volvía a ser un niño extraviado. No me agrada mucho esta opción, pero creo que lo mejor será que después de todo si lo lleve al Cortez, allí es posible que March pueda orientarme un poco sobre lo que tengo frente a mí; no me hace demasiado feliz pero a mi pesar debo reconocer que con todas y sus exasperantes peculiaridades ese fantasma si es conocedor de muchas cosas.- No te preocupes, puedo entender que te encuentres un poco asustado, después de todo estas lejos de casa y sigo siendo un desconocido para ti.- Como separamos nuestros dedos puedo tomar mi taza y darle un pequeño trago degustando el café, luego de eso tomo los cubiertos con los que corto una porción de mi omelette que no tardo en llevarme a la boca.
Te han gustado tus tortitas? Es la primera vez que como en este sitio pero al menos mi plato está bastante bien.- en poco tiempo ya me he acabado casi la mitad, tomo un pequeño descanso para no terminar tan rápido y luego tener que esperar a Michael.- hay algún lugar al que quieras ir luego de esto? No planeo ir a mi hotel hasta más tarde así que deberíamos aprovechar el día, podría llevarte a un parque si quieres, o a la playa, alguna vez haz visto el mar? En Santa Mónica incluso hay algunas atracciones como una noria y esas cosas.- doy otro trago a mi café hasta casi acabármelo, como el camarero andaba cerca le hago una señal para que me rellene la taza.- pero tienes que decirme que es lo que te gustaría hacer, no tienes que preocuparte que yo cuidare de ti.
Si me demuestras ser de confianza te contare aquello que me lastima, por ahora confórmate con saber que no me avergüenzo de mi dolor, es más, lo abrazo porque me hace fuerte, han sido esas experiencias las que me han vuelto quien soy ahora, me han hecho abrir los ojos a la realidad del mundo, y esa es que la sociedad esta podrida, los humanos son criaturas tontas que buscan el miedo, lo desean con todas sus fuerzas pues este les hace liberarse, olvidarse de cualquier otra preocupación que puedan tener, así que mi propósito es brindarles de ese miedo, porque solo aquellos valientes que no teman a pararse en el acantilado serán los elegidos para guiarlos en la nueva era.
Tal como surgió esa repentina conducta del mismo modo pude literalmente presenciar ante mis ojos el momento exacto en que el chico frente a mi volvía a ser un niño extraviado. No me agrada mucho esta opción, pero creo que lo mejor será que después de todo si lo lleve al Cortez, allí es posible que March pueda orientarme un poco sobre lo que tengo frente a mí; no me hace demasiado feliz pero a mi pesar debo reconocer que con todas y sus exasperantes peculiaridades ese fantasma si es conocedor de muchas cosas.- No te preocupes, puedo entender que te encuentres un poco asustado, después de todo estas lejos de casa y sigo siendo un desconocido para ti.- Como separamos nuestros dedos puedo tomar mi taza y darle un pequeño trago degustando el café, luego de eso tomo los cubiertos con los que corto una porción de mi omelette que no tardo en llevarme a la boca.
Te han gustado tus tortitas? Es la primera vez que como en este sitio pero al menos mi plato está bastante bien.- en poco tiempo ya me he acabado casi la mitad, tomo un pequeño descanso para no terminar tan rápido y luego tener que esperar a Michael.- hay algún lugar al que quieras ir luego de esto? No planeo ir a mi hotel hasta más tarde así que deberíamos aprovechar el día, podría llevarte a un parque si quieres, o a la playa, alguna vez haz visto el mar? En Santa Mónica incluso hay algunas atracciones como una noria y esas cosas.- doy otro trago a mi café hasta casi acabármelo, como el camarero andaba cerca le hago una señal para que me rellene la taza.- pero tienes que decirme que es lo que te gustaría hacer, no tienes que preocuparte que yo cuidare de ti.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Mar Mayo 21, 2019 8:11 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Frente a mi tenía a alguien con fuertes convicciones. Capaz de todo, si quisiera, a pesar de que su talante intimidaría a cualquiera en este momento, pero conmigo, conmigo era diferente porque no me intimidaba tanto, es más, me interesaba saber más de este hombre y que podría ofrecerme exactamente.
Dejando atrás la conversación de antes comenzamos a comer de nuestros respectivos menús; Las tortitas con sirope de frambuesa y miel, era lo mejor que había probado desde hace tiempo. Pues mi abuela apenas cocinaba para mi, siempre estaba más pendiente de salir, de seducir a los jardineros jóvenes de los alrededores. Alguna que otra vez la veía feliz, pero en cuando poso su mirada en mi, su expresión cambiaba de inmediato.
Como si una sombra ensombreciera su expresión, su ilusión, aquello que le hacía dibujar una sonrisa en su rostro. Parpadeé, asentí ante la pregunta de Kai –Es lo mejor que he probado –confesé tomando un trago de mi jugo de naranja. Estaba tan hambriento que en cuestión de unos minutos me había terminando todo el plato.
Luego hice una pausa larga para responder a Kai, con respecto a ir a otra parte. Hablaba con tal entusiasmo de la playa de Santa Mónica, e incluso esos lugares de los que menciona y que era desconocidos para mí, ya que no había salido de casa desde hace tiempo. –Nunca he ido a la playa. Ni tampoco he estado en el parque de atracciones. –Me amargaba admitir que mi abuela no fue demasiado buena conmigo. Parecía cada vez más lejos, siempre distante, con esa mirada que decía; “Apártate de mi” parecía que mis gestos hacía a ella, esos regalos que yo consideraba como un gesto por mi parte, le desagradaba en cierta manera, a pesar de lo que lo hacía para demostrar mi devoción hacia su persona. Eran animales, animales insignificantes que no me importaba clavar en las puertas con clavos, para ofrecérselos a mi abuela.
-Quiero ir a la playa. –Finalmente me descarte por un lugar. Siempre he querido ir a la playa. Pero mi abuela siempre ponía escusas y más escusa; “No puedes salir de aquí. “ Todo era un, no, nunca estaba de acuerdo con nada. Ahora las cosas había cambiando tenía un compañero, alguien con quien confiar, y espero estar en lo cierto –Me alegro de haberte conocido Kai. –Terminé mi jugo de naranja y lo deje encima de la mesa para limpiarme la boca con la servilleta.
Post Libre
por Kai Anderson Vie Mayo 24, 2019 6:58 am
Al terminar de comer dejo los cubiertos sobre el plato vacío, ya solo me quedaban un par de tragos de café y deseaba poder disfrutarlos como se debe así al reclinarme en la silla mantengo sujeta la pequeña taza que me llevo a los labios bebiendo con toda calma de ella, todo mientras mantengo la mirada fija en Michael. Formo una sonrisa cuando finalmente se decide a querer ir a la playa, debo decir que me agrada esa idea, no porque disfrute especialmente de la arena o el agua salada, pero de ese modo se acabara más rápidamente el día y tendré toda calma para pensar en lo siguiente que debería hacer, ya sea permanecer unos días más en Los Ángeles o directamente largarme de vuelta a Michigan, lo cierto es que me gusta más la segunda opción, sobretodo porque ya han durado bastante mis vacaciones y sé que en casa hay muchos asuntos de los cuales encargarme.
Perfecto, creo que deberíamos aprovechar que estamos en un centro comercial para comprar un traje de baño, no puedes llenar arena y sal la única ropa que tienes y temo que ningún taxi quisiera llevarnos de vuelta al hotel estando completamente empapados.- cuando acabo mi café saco la billetera a la par que hago una seña para que nos trajeran la cuenta que de inmediato pago dejando el dinero exacto.- listo, ahora andando.- Al ponerme en pie echo una rápida mirada por todo el lugar, ya no había señas de esos freaks con las casacas negras pero seguía teniendo un mal presentimiento, no se a que se deba, pero es como una opresión en el estómago, casi como si estuviera conteniendo por mucho tiempo las ganas de cagar. Como sea decido no darle más vueltas al asunto, nada más salir del restaurante busco alguna tienda que tenga artículos de playa, había una en donde escojo un par de bermudas y sandalias playeras.- te gustaría que comprara algunos juguetes? Si es tu primera vez en una playa tienes que hacer por fuerzas castillos de arena.- No estoy seguro de hasta qué punto debería de tratarle como un niño, hasta ahora ya me ha mostrado en varias ocasiones esa otra personalidad emerge en algunas ocasiones, una mucho más oscura y que de momento no tengo tantos deseos de ver.
Te gustan estos?.- le muestro un set de cubeta y diversas herramientas para escarbar y construir en la playa, incluso algunas figurillas con formas de estrellas y pececillos, parecía bastante apropiado por lo que lo tomo, ya con todo eso solo me queda tomar un bloqueador solar y una toalla bastante grande en la que poder sentarnos, después nos dirigimos hacia las cajas registradoras donde pago todo usando una tarjeta de crédito.- ya estamos listos para un dia en la playa, venga ayúdame chico.- le tiendo una bolsa en la que iban los juguetes y la toalla mientras que yo cargo lo demás.
Una vez afuera nos dirigimos al sitio de taxis, le indico a nuestro chofer que nos llevara a la playa de Santa Mónica, cerca de las atracciones solo en caso de que al final Michael quisiera subirse a la noria o algún otro de los juegos. Poco tardamos en llegar a nuestro destino, después de pagar al taxista bajo finalmente del vehiculo, me aseguro una vez más de no olvidar nada y solo después de eso es que emprendemos el camino, saliendo del pavimento para entrar en la arena que nos dificultaba un poco el paso.- busquemos unos vestidores para poder cambiarnos y guardar nuestra ropa.- lo cierto es que no esperaba que mi compañero me ayudara demasiado en esa tarea, preferia que en este caso se entretuviera disfrutando de las vistas ante nosotros del inmenso mar y el parque de atracciones a nuestro costado alzándose sobre las aguas.- mira podemos ir allá.- señalo hacia una pequeña zona donde había varios puestos de vendimia, entre ellas unos baños y regaderas.
Tomo a Michael de la mano al caminar asi asegurarme de que me estaba siguiendo, luego de pagar la entrada los baños y cambiarme aguardo afuera a que el joven termine, aprovecho el tiempo para asegurarme de que la bolsa donde eche mi ropa estaba bien cerrada porque no quería andar luego todo pegajoso.
Perfecto, creo que deberíamos aprovechar que estamos en un centro comercial para comprar un traje de baño, no puedes llenar arena y sal la única ropa que tienes y temo que ningún taxi quisiera llevarnos de vuelta al hotel estando completamente empapados.- cuando acabo mi café saco la billetera a la par que hago una seña para que nos trajeran la cuenta que de inmediato pago dejando el dinero exacto.- listo, ahora andando.- Al ponerme en pie echo una rápida mirada por todo el lugar, ya no había señas de esos freaks con las casacas negras pero seguía teniendo un mal presentimiento, no se a que se deba, pero es como una opresión en el estómago, casi como si estuviera conteniendo por mucho tiempo las ganas de cagar. Como sea decido no darle más vueltas al asunto, nada más salir del restaurante busco alguna tienda que tenga artículos de playa, había una en donde escojo un par de bermudas y sandalias playeras.- te gustaría que comprara algunos juguetes? Si es tu primera vez en una playa tienes que hacer por fuerzas castillos de arena.- No estoy seguro de hasta qué punto debería de tratarle como un niño, hasta ahora ya me ha mostrado en varias ocasiones esa otra personalidad emerge en algunas ocasiones, una mucho más oscura y que de momento no tengo tantos deseos de ver.
Te gustan estos?.- le muestro un set de cubeta y diversas herramientas para escarbar y construir en la playa, incluso algunas figurillas con formas de estrellas y pececillos, parecía bastante apropiado por lo que lo tomo, ya con todo eso solo me queda tomar un bloqueador solar y una toalla bastante grande en la que poder sentarnos, después nos dirigimos hacia las cajas registradoras donde pago todo usando una tarjeta de crédito.- ya estamos listos para un dia en la playa, venga ayúdame chico.- le tiendo una bolsa en la que iban los juguetes y la toalla mientras que yo cargo lo demás.
Una vez afuera nos dirigimos al sitio de taxis, le indico a nuestro chofer que nos llevara a la playa de Santa Mónica, cerca de las atracciones solo en caso de que al final Michael quisiera subirse a la noria o algún otro de los juegos. Poco tardamos en llegar a nuestro destino, después de pagar al taxista bajo finalmente del vehiculo, me aseguro una vez más de no olvidar nada y solo después de eso es que emprendemos el camino, saliendo del pavimento para entrar en la arena que nos dificultaba un poco el paso.- busquemos unos vestidores para poder cambiarnos y guardar nuestra ropa.- lo cierto es que no esperaba que mi compañero me ayudara demasiado en esa tarea, preferia que en este caso se entretuviera disfrutando de las vistas ante nosotros del inmenso mar y el parque de atracciones a nuestro costado alzándose sobre las aguas.- mira podemos ir allá.- señalo hacia una pequeña zona donde había varios puestos de vendimia, entre ellas unos baños y regaderas.
Tomo a Michael de la mano al caminar asi asegurarme de que me estaba siguiendo, luego de pagar la entrada los baños y cambiarme aguardo afuera a que el joven termine, aprovecho el tiempo para asegurarme de que la bolsa donde eche mi ropa estaba bien cerrada porque no quería andar luego todo pegajoso.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Lun Mayo 27, 2019 6:29 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Observé a kai fijamente a los ojos podía escuchar sus pensamientos, pero no lograba entender el motivo de estos poderes, y porque razón los tenía. Esbocé una amplia sonrisa porque dicho de tales planes entraba yo, algo que me pillo un poco de sorpresa, porque no imagine que alguien que apenas conozco me brindara tanto.
Asentí cuando menciona que iríamos al centro comercial para comprar un bañador. En cuanto pago todo me levanté para mirar de lejos al tipo de la túnica que parecía estar observando todos mis movimientos, empezaba a enojarme porque no sabía que intenciones tenía. Intente leer su mente pero parecía que algo lo estuviera bloqueando.
En cuanto Kai se da la vuelta desaparecen, como si se desvanecieran por arte de magia. No le di importancia, de hecho, no tanto, como mi compañero que se aseguraba con la mirada de recorrer el lugar por si aparecían aquellos hombres vestidos de túnicas negras.
Luego de un rato me encontraba mirando aquellas estanterías de ropa y volví la mirada a Kai quien me decía si debía de comprar más cosas para la playa –¡Sí!–entré con él a la tienda que vendía artículos de toda clase; había colchonetas, balones de playa, cubos de plástico con todo incluido. En la entrada había un largo pasillo de tablas de surf. Fije mi mirada en unas de esas tablas de surf. –Nunca he montado una tabla de surf. Algún día me encantaría hacerlo –confesé a Kai, acariciando la tabla suavemente con la yema de los dedos.
Cuando terminamos me quede mirando a la dependienta quien tenía el ceño fruncido, por todo lo que había comprado Kai en la tienda, incluso juraría que pensaba que era para alguien más pequeño. Mascaba chicle y su mirada era profunda, de un color azul celeste. Paso todo por la caja. “He visto cosas peores” Logré escuchar en su cabeza. -¿Cómo qué? –pregunté curioso por lo que estaba pensando la joven. Luego volví la mirada a Kai quien me tendía las bolsas “¿A qué venía eso?” piensa ella. –Que pase un hermoso día –recogí la bolsa, saliendo del establecimiento, cargando todo, para ir al taxi que nos aguardaba afuera.
La chica en cuando nos perdió de vista comenzó ahogarse, era como si propio chicle le estuviera obstruyendo la garganta. No tarda demasiado en asfixiarse ante la mirada de sus compañeros que intentaba ayudarla, pero no lograron salvarla a tiempo, había muerto.
Luego más tarde nos encontrábamos en la playa de Santa Mónica, a lo lejos podía apreciar la enorme noria que se movía perteneciente al parque a atracciones que había –Esto es hermoso –confesé recogiendo las cosas que me había entregado Kai. A unos metros llegamos a unos vestidores, allí mi acompañante me entrega una bolsa, dentro, el bañador que había comprado para mí. Asentí para luego entrar al vestidor allí cambiarme.
Luego me encontraba en la orilla mojando mis pies mirando la inmensidad del mar. Cerré los ojos por unos momentos, y sentí una sensación de placer recorriendo mi cuerpo; fue entonces cuando noté algo que rozaba mi pie. Me agache y vi a un pez que se había atorado con un plástico. Con cuidado lo desenrede para luego lanzar al mar.
Volví a quedarme inmóvil enterrando mis enormes pies en la arena, dejando que la brisa del mar moviera mi cabello rubio. –Se está bien aquí –confesé a Kai a mi lado mirando con una sonrisa -¿Qué? –Le tome de la mano tire de el cómo había hecho antes conmigo y le obligue a unirse a mí para disfrutar del mar. –Vamos a bañarnos –Como un niño, me lancé al agua nade hasta que los pies no tocaba el suelo. Me quedé así esperé a que Kai me acompañara.
Post Libre
por Kai Anderson Mar Mayo 28, 2019 7:22 am
Para la hora que era debo reconocer que no había demasiada gente en la playa, podría estar mucho más abarrotada por supuesto, aunque tal vez cuando atardezca más y el sol comience a caer lleguen grupos de jóvenes dispuestos a armar una fiesta, no me sorprendería que fuera ese el caso de modo que lo mejor es aprovechar tanto como se pueda.- me alegra que te guste, esta es una de las cosas que se tienen que hacer por lo menos una vez en la vida.- aguardo unos pasos atrás del joven quien lucía completamente maravillado ante las vistas del mar, tanto que incluso olvido sus bolsas que ahora cargaba yo pero poco me importa, no cuando me estaba entreteniendo bastante con sus reacciones tan inocentes, Michael era igual que un niño visitando el mar por vez primera.
Mientras que él estaba todo absorto yo escojo un buen lugar donde extender la enorme toalla que compre, lo suficientemente grande para que ambos nos sentáramos, luego coloco las cosas sobre las esquinas así impedir que se fuera a bolar con el viento que soplaba fuerte, arrastrando la arena.- Vamos niño no te quedes solo mirando.- exclamo aproximándome finalmente a él, en mi rostro una sonrisa porque sinceramente me era divertido ver sus expresiones; No, divertido no, pero si me llenaba con cierta sensación de júbilo, de gratificación.- Me gusta verte.- confieso luego de que me cuestionara, imagino que refiriéndose a la expresión en mi rostro.- me da gusto verte feliz.- no me espero que repentinamente me tome de la mano y eche a correr adentrándose en el océano; por mi parte me quedo un poco atrás, desde hace mucho que deje de ser un crió así que no puedo comportarme por completo como el, aunque tampoco es mi intención permanecer todo el rato como un amargado.
De forma mas calmada nado hasta donde hasta él; estábamos bastante adentrados ya pero el mar se notaba tranquilo así que no corríamos peligro.- Me sorprende un poco que sepas nadar, había pensado que tendría que enseñarte.- formo una sonrisa al decir esto, mientras estábamos flotando dejando que las olas mecieran nuestros cuerpos alzo una mano que coloco sobre su cabello, el que este empapado de agua salada me dificulta enredar mis dedos pero aun puedo acariciarlo suavemente.- eres todo un niño grande, eso me gusta.- tras unos segundos aparto mi mano, no quiero que valla a pensar que quiero abusarlo o algo por el estilo.- Ven, vallamos hacia la orilla.- me echo a nadar despacio, no quería avanzar demasiado para luego darme cuenta de que Michael no fue capaz de seguirme.- te encuentras bien?.- de pronto me parece que el oleaje a arreciado, debo poner más fuerza en cada brazada pero aun puedo controlarlo bien, claro que no puedo estar del todo seguro con respecto al rubio.
Aminoro lo suficiente como para que me pueda alcanzar, me giro tomando uno de sus brazos del que tiro hasta pegarlo a mí; resulta una posición muy incómoda para nadar pero lo consigo sin demasiados problemas, las últimas olas ya nos habían arrastrado considerablemente por lo que tardamos un poco en conseguir que nuestros pies toquen la arena.- eso fue peligroso.- suspiro soltando todo el aire de los pulmones, mi respiración un poco agitada tras el esfuerzo echo.- pero no haz tenido miedo verdad? El miedo es para los corderos.- antes de que saliéramos por completo del agua me giro hacia él, con una mano ahueco una de sus mejillas, gracias a que teníamos una estatura similar puedo perfectamente aproximarme y dejar un beso sobre su frente salada, luego apartar con delicadeza algunos mechones de su rostro y dejarlos tras de sus orejas.- además, aquí estoy yo para cuidarte, mi dulce niño.
Cuando volvemos hasta donde deje las cosas aprovecho para sentarme en un lado de las sabanas, busco en entre las bolsas de la compra hasta dar con el pequeño bote que recordé comprar de bloqueador solar.- Michael ven un momento, siéntate dándome la espalda para que pueda echarte crema.- mientras aguardo a que me obedezca aprovecho para igual untar una generosa cantidad sobre mis brazos y pecho, también todo lo que alcance de mis hombros hacia la espalda aunque supongo que tendré que pedirle ayuda a mi compañero.- esto es para que no acabemos como unos camarones cocidos.- cuando ya lo tengo a mi alcance me vierto más producto en las manos que luego le echo prolijamente por toda su espalda, me aseguro de recorrer bien toda la zona, de que no quede ninguna parte desprotegida.- dime si te incomoda que haga esto, supongo que es tu primera vez verdad?.- tomo un poco más para poder echárselo en sus brazos aunque como esta vez me sobro demasiado aprovecho a seguir por su lampiño pecho.- creo que debería ser suficiente, si hay partes en las que falte solo toma un poco entre tus manos y úntatelo.- le explico con toda paciencia.- crees poder echarme a mi ahora en la espalda?.- le tiendo el bote ya semi vacío y luego me giro para que pudiera hacer su trabajo.
Mientras que él estaba todo absorto yo escojo un buen lugar donde extender la enorme toalla que compre, lo suficientemente grande para que ambos nos sentáramos, luego coloco las cosas sobre las esquinas así impedir que se fuera a bolar con el viento que soplaba fuerte, arrastrando la arena.- Vamos niño no te quedes solo mirando.- exclamo aproximándome finalmente a él, en mi rostro una sonrisa porque sinceramente me era divertido ver sus expresiones; No, divertido no, pero si me llenaba con cierta sensación de júbilo, de gratificación.- Me gusta verte.- confieso luego de que me cuestionara, imagino que refiriéndose a la expresión en mi rostro.- me da gusto verte feliz.- no me espero que repentinamente me tome de la mano y eche a correr adentrándose en el océano; por mi parte me quedo un poco atrás, desde hace mucho que deje de ser un crió así que no puedo comportarme por completo como el, aunque tampoco es mi intención permanecer todo el rato como un amargado.
De forma mas calmada nado hasta donde hasta él; estábamos bastante adentrados ya pero el mar se notaba tranquilo así que no corríamos peligro.- Me sorprende un poco que sepas nadar, había pensado que tendría que enseñarte.- formo una sonrisa al decir esto, mientras estábamos flotando dejando que las olas mecieran nuestros cuerpos alzo una mano que coloco sobre su cabello, el que este empapado de agua salada me dificulta enredar mis dedos pero aun puedo acariciarlo suavemente.- eres todo un niño grande, eso me gusta.- tras unos segundos aparto mi mano, no quiero que valla a pensar que quiero abusarlo o algo por el estilo.- Ven, vallamos hacia la orilla.- me echo a nadar despacio, no quería avanzar demasiado para luego darme cuenta de que Michael no fue capaz de seguirme.- te encuentras bien?.- de pronto me parece que el oleaje a arreciado, debo poner más fuerza en cada brazada pero aun puedo controlarlo bien, claro que no puedo estar del todo seguro con respecto al rubio.
Aminoro lo suficiente como para que me pueda alcanzar, me giro tomando uno de sus brazos del que tiro hasta pegarlo a mí; resulta una posición muy incómoda para nadar pero lo consigo sin demasiados problemas, las últimas olas ya nos habían arrastrado considerablemente por lo que tardamos un poco en conseguir que nuestros pies toquen la arena.- eso fue peligroso.- suspiro soltando todo el aire de los pulmones, mi respiración un poco agitada tras el esfuerzo echo.- pero no haz tenido miedo verdad? El miedo es para los corderos.- antes de que saliéramos por completo del agua me giro hacia él, con una mano ahueco una de sus mejillas, gracias a que teníamos una estatura similar puedo perfectamente aproximarme y dejar un beso sobre su frente salada, luego apartar con delicadeza algunos mechones de su rostro y dejarlos tras de sus orejas.- además, aquí estoy yo para cuidarte, mi dulce niño.
Cuando volvemos hasta donde deje las cosas aprovecho para sentarme en un lado de las sabanas, busco en entre las bolsas de la compra hasta dar con el pequeño bote que recordé comprar de bloqueador solar.- Michael ven un momento, siéntate dándome la espalda para que pueda echarte crema.- mientras aguardo a que me obedezca aprovecho para igual untar una generosa cantidad sobre mis brazos y pecho, también todo lo que alcance de mis hombros hacia la espalda aunque supongo que tendré que pedirle ayuda a mi compañero.- esto es para que no acabemos como unos camarones cocidos.- cuando ya lo tengo a mi alcance me vierto más producto en las manos que luego le echo prolijamente por toda su espalda, me aseguro de recorrer bien toda la zona, de que no quede ninguna parte desprotegida.- dime si te incomoda que haga esto, supongo que es tu primera vez verdad?.- tomo un poco más para poder echárselo en sus brazos aunque como esta vez me sobro demasiado aprovecho a seguir por su lampiño pecho.- creo que debería ser suficiente, si hay partes en las que falte solo toma un poco entre tus manos y úntatelo.- le explico con toda paciencia.- crees poder echarme a mi ahora en la espalda?.- le tiendo el bote ya semi vacío y luego me giro para que pudiera hacer su trabajo.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Jue Mayo 30, 2019 10:58 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Nadé hasta donde estaba Kai con una sonrisa en los labios. –He visto mucho Baywatch en la televisión. –confesé dejando que alzara su mano y acariciara mi cabeza de forma afectuosa. -¿Puedo llamarte papa? –pregunté con entusiasmo.
De pronto Kai decide arrastrarme a la orilla, y le sigo nadando hasta el otro lado, pero deje de nadar un momento, guardando silencio, y mirando a lo lejos aquella persona vestida con la túnica negra. En ese momento de distracción algo invisible que no logré ver me impedía el paso.
De pronto me vi obligando a nadar en contra, a pesar de que las olas parecían haberse convertido en mi enemigo y pretendía arrastrarme a las profundidades del mar. – ¡Kai! –él rápidamente se percata y me socorre tirando de mi para obligarme a nadar. Yo me aferré a su brazo consiguiendo salir de aquella extraña invisible fuerza que intentaba ahogarme.
Durante ese instante creí que me ahogaría. Pero fue Kai quien me salvo a tiempo. Tiro con fuerza hasta que logramos salir del todo – ¡Gracias! –Le abrazo con fuerza cuando estábamos lejos del peligro.
Miré alrededor pero no había rastro de aquel hombre misterioso, había desaparecido. Si vuelvo a verle de nuevo le ajustare las cuentas. –Estoy bien Kai. No tengo miedo. –Le miré fijamente cuando sostiene su rostro entre mis manos. Sonríe asintiendo sin dejar de mirarlo y de sentirme augusto en su presencia. –Eres bueno conmigo.
Más tarde me senté en la toalla y miré a Kai quien decía que me acercara. Asentí para sentarme a donde me había pedido y miré hacia el mar, rememorando aquel acontecimiento en mi cabeza de hace un instante. Aquel hombre vestido de negro esbozando una sonrisa macabra mientras me ahogaba -¿Vistes a alguien? –Le pregunte, apartando la mirada del mar–No me incomoda. –Le respondí sin darle importancia a lo que estaba pensando.
Aunque llegué a leer algo en su mente que me hizo reír un poco. -¿Piensas que soy hermoso? –Pregunté curioso por saber que me iba a decir, porque alguna que otra vez le vi mirarme de una forma diferente a cuando un padre mira a su hijo, aunque tampoco es que sea muy experto en eso, porque mi verdadero padre nunca quiso saber de mi existencia.
Levanto la mano para recoger la crema solar, y me levanto para luego sentarme detrás de él para untarle por toda la espalda. Le masajeo los hombros suavemente extendiéndole bien la crema por todo su cuerpo. Notaba cómo reaccionaba ante las caricias; le miraba sin dejar de sonreír por cómo se comportaba. Como luchaba para autocontrolarse, y no lanzarse encima de mí. –Quieres que haga algo para relajarte.
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por Kai Anderson Vie Mayo 31, 2019 8:00 am
Michael tenia este algo, difícil de expresar en palabras porque sonaría ridículo, pero en el poco tiempo que llevo con el he comenzado a adarme cuenta de que en algunas ocasiones es como si pudiera meterse en los pensamientos de las personas; me percate de ello por primera vez en aquella tienda de cosas de playa, y luego ahora, esas pequeñas preguntas inocentes que de alguna forma están relacionadas directamente con los pensamientos que estaba teniendo en ese instante.- Lo eres, muy hermoso de echo.- no me avergüenzo en reconocerlo, no esta en mi naturaleza el apenarme por los reflejos naturales de mi cuerpo.- Eres mi niño hermoso, por cierto.- ahueco con mis manos su rostro caliente, un tanto irritado por el sol y la arena.- por supuesto que puedes llamarme padre, yo ya te miro como si fueras mi hijo.- despacio me aproximo hacia él, soy consciente de que no debería hacerlo pero finalmente no me resisto al deseo de unir mi boca con la suya, muy lentamente, un beso delicado en el que mis labios acarician los suyos.- Mi precioso hijo.
Haciendo movimientos lentos me aparto, permito que ahora sea el quien deba untar crema en mi espalda, esparciéndola con movimientos que conseguían excitarme, provocando que mi polla se endureciera por momentos. Michael parece darse cuenta de mi reacción, o al menos eso creo, no puedo estimarlo con seguridad siendo que en muchos aspectos sigue siendo un niño inocente, uno que necesita ser instruido.- No es necesario que hagas nada.- aun con la mayor parte de mis instintos gritándome que buscara saciarme con su cuerpo procuro contenerme, aguardo a que acabe de echarme la crema para después hacer que se acomode a mi lado donde puedo rodearlo por los hombros, jalarlo de modo que ambos caigamos recostados en la toalla con su cabeza sobre mi pecho.- disfruto tenerte a mi lado, sabes, tú te pareces mucho a tu padre, el igual es una persona muy especial para mí.- aprovechando la posición presiono mi barbilla en su cabeza húmeda, incluso bajo el olor del mar podía percibir su aroma, ese que comenzaba a identificar como de mi pequeño niño.
Perdona, no es mi intención aburrirte con mi forma de actuar, eres bastante joven aun.- con delicadeza le tomo de los hombros y empujo forzándolo a quedar sentado nuevamente, enseguida hago yo igual, justo para presenciar como una pareja de jóvenes pasa caminando frente a nosotros, la chica que iba entre los brazos del otro bastardo no pierde oportunidad de dedicarnos una expresión de repugnancia. Ella tiene mucha suerte de que no estemos en Michigan y que aquí no estén mis hombres o de lo contrario esta misma noche seria violada tantas veces que su coño quedaría roto.- quieres jugar con las cubetas que te compre? Podrías construir castillos de arena.- saco de una bolsa el pequeño balde que aún estaba envuelto con una maya, dentro había un montón de palas, rastrillos y otras mierdas que serían para hacer figuras en la arena, todo de muchos colores brillantes.- sorprendeme con la construcción que hagas.- luego de ponérselo en las manos no dudo en volver a echarme sobre él aunque solo sea para besar con devoción su frente.- iré a comprar algunas chuches para comer, tu quédate aquí y cuida nuestras cosas, de acuerdo?.- de forma paternal coloco una mano en su cabeza.- no tardare.
Con la cartera en mano me dispongo a encontrar algún puesto que vendiera algo bueno, en su mayoría eran puros de refrescos y raspados pero luego de caminar lo suficiente como para llegar a la misma zona donde estaban los vestuarios me doy cuenta de que alli igual había una suerte de restaurante donde vendían pollo y carne asada. En vista de que no habia mucho más de donde escoger termino por pedir una orden de ambos además de varios refrescos y cervezas, creo que con eso será suficiente para pasar el rato, ya haciéndose más tarde si vamos a dar una vuelta por las atracciones le comprare otro tipo de golosinas.
Debió haber pasado una media hora para cuando estoy de regreso, antes de que nada conforme me voy acercando mi mirada esta fija en el muchacho; nunca pensé que podría correr algún peligro si lo dejaba solo, pero conforme el tiempo pasaba comencé a albergar ciertas dudas, por fortuna parece que todo está en orden.- Ya he vuelto, no te metiste en líos verdad?.- afecuoso acaricio su cabello, al arrodillarme en la toalla me inclino para besar su mejilla, luego solo me siento con las piernas cruzadas dejando las bolsas frente a mi.- he comprado comida porque no puedes pasarte todo el día solo con tortitas y jugo en el estomago, espero que te guste la carne asada.- sin muchos cuidados abro los envoltorios de modo que pueda agarrar lo que quiera sin muchos problemas, por mi parte tomo un pedazo de pechuga que comienzo a comerme lentamente, totalmente despreocupado, solo pasando la mirada por la playa y los bañistas.- ah también hay refresco toma el que quieras.- diciendo esto estiro el brazo para tomar una lata de cerveza a la que de inmediato le doy un buen trago.
Haciendo movimientos lentos me aparto, permito que ahora sea el quien deba untar crema en mi espalda, esparciéndola con movimientos que conseguían excitarme, provocando que mi polla se endureciera por momentos. Michael parece darse cuenta de mi reacción, o al menos eso creo, no puedo estimarlo con seguridad siendo que en muchos aspectos sigue siendo un niño inocente, uno que necesita ser instruido.- No es necesario que hagas nada.- aun con la mayor parte de mis instintos gritándome que buscara saciarme con su cuerpo procuro contenerme, aguardo a que acabe de echarme la crema para después hacer que se acomode a mi lado donde puedo rodearlo por los hombros, jalarlo de modo que ambos caigamos recostados en la toalla con su cabeza sobre mi pecho.- disfruto tenerte a mi lado, sabes, tú te pareces mucho a tu padre, el igual es una persona muy especial para mí.- aprovechando la posición presiono mi barbilla en su cabeza húmeda, incluso bajo el olor del mar podía percibir su aroma, ese que comenzaba a identificar como de mi pequeño niño.
Perdona, no es mi intención aburrirte con mi forma de actuar, eres bastante joven aun.- con delicadeza le tomo de los hombros y empujo forzándolo a quedar sentado nuevamente, enseguida hago yo igual, justo para presenciar como una pareja de jóvenes pasa caminando frente a nosotros, la chica que iba entre los brazos del otro bastardo no pierde oportunidad de dedicarnos una expresión de repugnancia. Ella tiene mucha suerte de que no estemos en Michigan y que aquí no estén mis hombres o de lo contrario esta misma noche seria violada tantas veces que su coño quedaría roto.- quieres jugar con las cubetas que te compre? Podrías construir castillos de arena.- saco de una bolsa el pequeño balde que aún estaba envuelto con una maya, dentro había un montón de palas, rastrillos y otras mierdas que serían para hacer figuras en la arena, todo de muchos colores brillantes.- sorprendeme con la construcción que hagas.- luego de ponérselo en las manos no dudo en volver a echarme sobre él aunque solo sea para besar con devoción su frente.- iré a comprar algunas chuches para comer, tu quédate aquí y cuida nuestras cosas, de acuerdo?.- de forma paternal coloco una mano en su cabeza.- no tardare.
Con la cartera en mano me dispongo a encontrar algún puesto que vendiera algo bueno, en su mayoría eran puros de refrescos y raspados pero luego de caminar lo suficiente como para llegar a la misma zona donde estaban los vestuarios me doy cuenta de que alli igual había una suerte de restaurante donde vendían pollo y carne asada. En vista de que no habia mucho más de donde escoger termino por pedir una orden de ambos además de varios refrescos y cervezas, creo que con eso será suficiente para pasar el rato, ya haciéndose más tarde si vamos a dar una vuelta por las atracciones le comprare otro tipo de golosinas.
Debió haber pasado una media hora para cuando estoy de regreso, antes de que nada conforme me voy acercando mi mirada esta fija en el muchacho; nunca pensé que podría correr algún peligro si lo dejaba solo, pero conforme el tiempo pasaba comencé a albergar ciertas dudas, por fortuna parece que todo está en orden.- Ya he vuelto, no te metiste en líos verdad?.- afecuoso acaricio su cabello, al arrodillarme en la toalla me inclino para besar su mejilla, luego solo me siento con las piernas cruzadas dejando las bolsas frente a mi.- he comprado comida porque no puedes pasarte todo el día solo con tortitas y jugo en el estomago, espero que te guste la carne asada.- sin muchos cuidados abro los envoltorios de modo que pueda agarrar lo que quiera sin muchos problemas, por mi parte tomo un pedazo de pechuga que comienzo a comerme lentamente, totalmente despreocupado, solo pasando la mirada por la playa y los bañistas.- ah también hay refresco toma el que quieras.- diciendo esto estiro el brazo para tomar una lata de cerveza a la que de inmediato le doy un buen trago.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Dom Jun 02, 2019 7:27 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
¿Soy tú niño hermoso?- pregunté con cierta inocencia mirándole fijamente a los ojos, mientras ahuecaba mi rostro con delicadeza con ambas manos, y se acercaba a mis labios para depositar un suave beso en la comisura de mis labios.
Luego le seguí masajeando la espalda, como si aquello no hubiera pasado, no le di importancia, parecía que esa era su forma de poder expresar su admiración a mi persona. Después de terminar me obliga a recostar mi cabeza sobre su regazo mientras me rodeaba con sus brazos, y besaba mi frente como si fuera su niño pequeño al que debía de cuidar.
Cuando menciona a mi padre aproveché para preguntarle. -¿Cómo es mi padre? –Sentía la curiosidad por si era como yo, si era rubio o tenía los ojos azules como yo, o como mi hermano gemelo el cual no sabía demasiado de él, solo que se llamaba Jeffrey y que nació muerto en la casa del crimen.
Sonríe cuando Kai se excusaba por su parloteo –No, no me aburres. Todo lo contrario. Quisiera saber más de ti. Me encantaría que me contaras que haces en Michigan. –Desvíe la mirada a una pareja que pasaba frente a nosotros. La joven nos dedicaba una mirada de desprecio como su pareja. En seguido leí los pensamientos de Kai, quien creía que se merecía un castigo; Ser violada por sus hombres. Para luego humillarla y tal vez matarla de forma brutal. Aparté la mirada de la pareja. Asentí ante la sugerencia de Kai sobre lo de jugar a construir castillos de arena. –Me parece perfecto. –Le respondí sacándolo todo. –Luego de que Kai me dejara solo, aproveché para volverme, y mirar de lejos a la pareja.
Por un momento cerré los ojos concentrándome en la pareja. En ese instante no muy lejos de donde estamos. Visualice a un hombre que llevaba una furgoneta. La pareja, quien se había alejado de la playa se encontraba cerca de unas obras. El hombre de la furgoneta que transportaba cristales en la parte trasera se apea del vehículo. Aproveche para bajar el freno de mano. La pareja que estaba distraída se encontraba cerca de las obras, se estaba riendo, ajeno a lo que estaba a punto de pasar. La furgoneta da marcha atrás el cristal que transportaba sale disparado rebanando la cabeza de los jóvenes ante la mirada aterrorizada de los transeúntes que gritaron horrorizados.
Volví a abrir los ojos regodeando por lo que acababa de hacer. Kai que había regresado de las compras. – ¡Tengo hambre! –dije, mirando las bolsas. -¿Qué has comprado? –Me encogí de hombros ante su pregunta, y esbocé una amplia sonrisa de inocencia pura –He estado aquí todo el tiempo. No me he metido en ningún lío. –pensé en la pareja, pero no me había manchado las manos, simplemente había usado mi poder para darle un severo escarmiento a esa pareja que odiaba a los homófobos.
-Huele delicioso. –Saque algo envuelto que parecía que llevaba carne y verduras. kebad, me hacía ilusión comerme uno, esta era la primera vez que lo hacía. –La abuela nunca me dejaba comer Kebab. Siempre comíamos carne enlatada, y sabía raro…- Comienzo a comer mirando a Kai quien parecía estar pensando en muchas cosas, sobre todo, en volver a Michigan. Desearía contarle mi poder pero temo que me viera como un monstruo. Yo sé que no soy un niño normal. -¿Crees en lo sobrenatural Kai? –Pregunté, dando un mordisco a mi Kebab.
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por Kai Anderson Lun Jun 03, 2019 10:03 pm
Ya no estas con tu abuela, ahora soy yo quien te cuida, y nada disfruto más que poder consentir a mi bebe precioso.- mientras comíamos me doy cuenta de que en una parte alejada se había formado toda una multitud, incluso alcanzo a ver algunas patrullas y una ambulancia.- Haz visto que ocurrió? Puede que sea algún ahogado, ya hemos comprobado nosotros mismos que el mar está un tanto enardecido.- después de eso le quitó importancia al asunto. Justo le estaba dando un mordisco a un muslo de pollo cuando recuerdo que Michael me había preguntado sobre su padre; puedo comprenderlo, es un niño aun después de todo y cualquier niño desearía conocer a su progenitor. Me pregunto cómo reaccionara Tate cuando le cuente que he tomado bajo mi cuidado al hijo que engendro a mis espaldas, todo porque con anterioridad le había hecho la promesa a un fantasma de darle un bebe.- Tu padre es rubio al igual que tú, tiene unos enormes y expresivos ojos marrones, creo que tendrá más o menos tu misma estatura.- durante algunos segundos guardo silencio, meditando sobre que más características podría decirle que no sean referentes a temas sexuales como lo bien que sabe comerse una polla o lo apretado que tiene el ojete.
¿Bromeas?.- profiero una risa descarnada luego de la pregunta que me hace de si yo creo en lo sobrenatural, en otro tiempo tal vez me lo hubiera pensado antes de responder, pero ahora, luego de haber follado con dos fantasmas diferentes, creo que han cambiado bastante mis percepciones de lo que puede o no ser real.- Michael, tu padre estando en vida cometió una masacre en su escuela, luego fue asesinado a tiros por el FBI o alguna de esas organizaciones gubernamentales, murió pero nunca se fue, quedó atrapado en la casa como un fantasma, igual que muchos otros desdichados.- No estoy seguro sobre cuánto de esto ya sabía con anterioridad, tal vez solo una pequeña parte pero ahora ya no importa.- fue en la casa donde yo lo conocí, él es un fantasma, así que si, diría que creo bastante en lo sobrenatural porque lo he visto.- Preferi omitir la parte de que me lo follo duro cada vez que la oportunidad se presenta.
¿Por qué lo has preguntado? Dime, ¿acaso tienes algo que confesar? Como esa peculiar de saber lo que las personas está pensando.- Cuando me acabo el muslo dejo el hueso en el envoltorio, luego decido probar un poco de la carne asada así que tomo kebab, le vierto salsa encima antes de pagarle un buen bocado.- Mira seré muy sincero, no me interesa lo que seas o puedas hacer, eso no cambia el hecho de que eres mi niño, punto, solo eso me importa.- cuando acabo con mi kebab busco entre las bolsas hasta dar con algunas servilletas, con ellas limpio mis manos y boca, luego me doy cuenta de que Michael estaba todo manchado de grasa así que con toda paciencia me inclino hacia él, sujeto con una mano una de sus mejillas mientras que con la otra restriego cuidadosamente la servilleta por su piel, asegurándome de dejar completamente limpia la zona.- asi estas mejor.- aprovechando la posición me basta agachar un poco la cabeza para besar sus labios nuevamente, luego apartarme con una sonrisa en la boca.- sabes a carne, eso me gusta.- de forma afectuosa vuelvo a revolver su cabello, creo que aun tendría más hambre pero decido de pronto jalarlo haciendo que quede sentado sobre mi regazo, mis brazos rodeando su estrecha cintura y mi barbilla pegada sobre su hombro.- Me gusta tenerte asi.- cariñoso beso su mejilla, mi barba de varios días rosa la suave piel.
Adelante sigue comiendo.- ahora que lo tenía en esa posición no consigo reprimir la tentación de que mis dedos acaricien la tersa piel de su estómago, presiono suavemente, sonriendo ante el ligero gorgoreo que alcanzo a sentir en sus tripas.- tenías hambre, debo de cuidarte mejor.- reparto pequeños besos desde su hombro hasta la mandíbula, luego subo atrapando entre mis labios el lóbulo de su oreja al que doy un pequeño tirón.- a partir de ahora cualquier cosa que quieras o necesites solo debes decírmelo, siempre que esté en mis manos no dudare en dártelo.- sin soltarlo ni por un segundo alargo mi mano para alcanzar la lata que había dejado a mediación, ahora me la acabo de un trago, relamo de mis labios los rastros de espuma que me habían quedado y apachurro el bote antes de tirarlo junto a nuestras cosas.- Tu padre es igual de perfecto que tú, ambos me han hechizado completamente.- dejo una suave mordida sobre su hombro, apenas con la suficiente fuerza como para dejar una leve marca, mientras voy descendiendo lentamente mis manos hasta llegar a sus largas piernas las cuales no tengo reparo en comenzar a recorrer, acariciar los firmes muslos sobre los que hago una especie de masaje solo para después moverme a la parte interna, justo sobre las ingles.
¿Bromeas?.- profiero una risa descarnada luego de la pregunta que me hace de si yo creo en lo sobrenatural, en otro tiempo tal vez me lo hubiera pensado antes de responder, pero ahora, luego de haber follado con dos fantasmas diferentes, creo que han cambiado bastante mis percepciones de lo que puede o no ser real.- Michael, tu padre estando en vida cometió una masacre en su escuela, luego fue asesinado a tiros por el FBI o alguna de esas organizaciones gubernamentales, murió pero nunca se fue, quedó atrapado en la casa como un fantasma, igual que muchos otros desdichados.- No estoy seguro sobre cuánto de esto ya sabía con anterioridad, tal vez solo una pequeña parte pero ahora ya no importa.- fue en la casa donde yo lo conocí, él es un fantasma, así que si, diría que creo bastante en lo sobrenatural porque lo he visto.- Preferi omitir la parte de que me lo follo duro cada vez que la oportunidad se presenta.
¿Por qué lo has preguntado? Dime, ¿acaso tienes algo que confesar? Como esa peculiar de saber lo que las personas está pensando.- Cuando me acabo el muslo dejo el hueso en el envoltorio, luego decido probar un poco de la carne asada así que tomo kebab, le vierto salsa encima antes de pagarle un buen bocado.- Mira seré muy sincero, no me interesa lo que seas o puedas hacer, eso no cambia el hecho de que eres mi niño, punto, solo eso me importa.- cuando acabo con mi kebab busco entre las bolsas hasta dar con algunas servilletas, con ellas limpio mis manos y boca, luego me doy cuenta de que Michael estaba todo manchado de grasa así que con toda paciencia me inclino hacia él, sujeto con una mano una de sus mejillas mientras que con la otra restriego cuidadosamente la servilleta por su piel, asegurándome de dejar completamente limpia la zona.- asi estas mejor.- aprovechando la posición me basta agachar un poco la cabeza para besar sus labios nuevamente, luego apartarme con una sonrisa en la boca.- sabes a carne, eso me gusta.- de forma afectuosa vuelvo a revolver su cabello, creo que aun tendría más hambre pero decido de pronto jalarlo haciendo que quede sentado sobre mi regazo, mis brazos rodeando su estrecha cintura y mi barbilla pegada sobre su hombro.- Me gusta tenerte asi.- cariñoso beso su mejilla, mi barba de varios días rosa la suave piel.
Adelante sigue comiendo.- ahora que lo tenía en esa posición no consigo reprimir la tentación de que mis dedos acaricien la tersa piel de su estómago, presiono suavemente, sonriendo ante el ligero gorgoreo que alcanzo a sentir en sus tripas.- tenías hambre, debo de cuidarte mejor.- reparto pequeños besos desde su hombro hasta la mandíbula, luego subo atrapando entre mis labios el lóbulo de su oreja al que doy un pequeño tirón.- a partir de ahora cualquier cosa que quieras o necesites solo debes decírmelo, siempre que esté en mis manos no dudare en dártelo.- sin soltarlo ni por un segundo alargo mi mano para alcanzar la lata que había dejado a mediación, ahora me la acabo de un trago, relamo de mis labios los rastros de espuma que me habían quedado y apachurro el bote antes de tirarlo junto a nuestras cosas.- Tu padre es igual de perfecto que tú, ambos me han hechizado completamente.- dejo una suave mordida sobre su hombro, apenas con la suficiente fuerza como para dejar una leve marca, mientras voy descendiendo lentamente mis manos hasta llegar a sus largas piernas las cuales no tengo reparo en comenzar a recorrer, acariciar los firmes muslos sobre los que hago una especie de masaje solo para después moverme a la parte interna, justo sobre las ingles.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Miér Jun 05, 2019 10:45 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Observé a Kai como reía a carcajadas ante la pregunta que acababa de hacerle hace un momento. Fije mi mirada en la suya leyendo sus pensamientos: “Había tenido relaciones sexuales con dos fantasmas. Uno de ellos era mi padre” tomé la lata para darle un sorbo, y escuchar atento lo que mi abuela me había estado ocultado con respecto al pasado de mi padre. Al menos no me contó nada sobre la masacre de la escuela. –Pero si mi padre es un fantasma. ¿Cómo nací yo?
Es decir ¿Mi madre también es una fantasma? –Tenía muchas dudas con respecto a mi nacimiento y mi hermano gemelo Jeffrey. Me enfurecía al saber que mi abuela me había estado ocultado demasiada información. Apreté los dientes con fuerza. Justo en ese momento logré mover un tenedor que había cerca de Kai. Deje de hacerlo porque no quise manifestar mis poderes frente a él. Aun no está preparado para presenciarlo. –Desearía haber matado a mi abuela. –suelto dos lagrimas que rápidamente me seque con las manos. – ¡La odio! –Confesé furioso, intentando controlarme. Parpadeo mirando a Kai quien se había percatado de que podía leer las mentes. –No sé de que hablas –a pesar de ello debía de defenderme.
Gracias por la comida, Kai. –Me senté en la toalla, miré a los niños jugar, con una enorme pelota de plástico que se lanzaba entre ellos. Desvíe mi mirada para ver que Kai se me acerca para limpiar mis labios con una servilleta. Asentí cuando termina para cerrar los ojos cuando me besa en los labios. –Tus labios también sabe a carne –me eche a reír ante mi comentario moviendo la cabeza. Apoyo la cabeza sobre su regazo, y guardo silencio mientras le escuchaba hablar.
–Creo que comido demasiado –sentía el calor de mis mejillas cuando me acariciaba de esa forma. No había sentido nada parecido con nadie. – ¿Tú harías cualquier cosa por mí, Kai? –Me acuesto hacía atrás notando el aliento de mi acompañante sobre mi nunca. Se me eriza la piel ante su cercanía–Sé que tienes algo con mi padre. También sé que me deseas. ¿No es cierto Kai? Quieres poseerme de forma intima. Pero si eres mi padre ahora, podría interpretarse mal. –echo la mano hacía atrás le agarro la suya para apoyarla encima de mi regazo. –Cántame Kai, una nana. –Estire el cuello para darle un suave mordisco en la barbilla de forma cariñosa.
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por Kai Anderson Vie Jun 07, 2019 10:07 pm
¿Quieres que te cante una canción de cuna? Por favor.- resoplo con fuerza, al estar mi rostro pegado a su nuca acabo por provocar que algunos de sus cabellos se sacudan.- acabo de decir que haría cualquier cosa por ti, y eso es lo primero que se te ocurre pedirme.- Con las manos ahora sobre su estómago aprovecho a abrazarlo con más fuera, seguramente para cualquiera que pasara pareceríamos amantes y eso está bien para mí, aunque tal parece que Michael guarda ciertas dudas, supongo que no puedo esperar que lo comprenda todo, su mente y alma aún son jóvenes, necesitan ser moldeadas para convertirle en un hombre firme en sus convicciones.- Si deseas que te cante entonces tienes que ser sincero conmigo.- aun cuando no estábamos frente a frente ni tampoco tenía la intención de sonar demasiado serio si me aseguro de que mi tono de voz no deje lugar a replicas; puede que hasta ahora no he hecho más que mostrarle gentileza a Michael, pero no por eso he de permitir que quiera verme la cara de idiota.- sé que no lo eres, por eso mientes acerca de ese truco que haces para conocer lo que hay en la mente de una persona, y quien sabe que otras cosas más.
Si quieres que sea tu padre entonces recuerda bien eso, nada de secretos.- de forma un poco ruda sujeto su mandíbula con una mano para hacer que gire su rostro, solo lo suficiente para poder verme, que nuestros ojos queden enfrentados por un momento.- nada de mentiras, jamás, porque si eres un niño malo me enfadare contigo.- luego de eso casi inmediatamente libero su rostro, mis manos vuelven a bajar a su cintura que rodeo de forma posesiva. Con mi barbilla apoyada sobre su hombro permanezco quieto, solo aguardando a que decidiera decir algo, aunque finalmente soy yo quien decide seguir.- te hablare sobre tu nacimiento cuando lleguemos al hotel, aquí no, imagino que tendrás muchas preguntas que con gusto responderé cuando nos encontremos en otra parte.- despacio alzo una mano con la que sujeto un mechón de sus cabellos, lo acaricio delicadamente, incluso lo huelo, disfruto del suave olor que desprende propio del joven en mis brazos.- en un lugar más privado, solo los dos.- lentamente presiono mis labios sobre su mejilla, seguramente mi barba de varios días rasparía la delicada piel.
Estate tranquilo.- finalmente de forma más enérgica coloco mis manos sobre sus hombros, cuidando no lastimarle decido que ya es momento de apartarlo de mí, porque seguramente de continuar manteniéndolo entre mis piernas acabaría por follarlo aquí mismo sin importar que estemos en una playa.- Aún queda mucho día, te gustaría que volviéramos a nadar? Yo te cuidare de las olas.- al hablar me percato de que nos había sobrado comida, no demasiada pero si la suficiente como para no querer desperdiciarla de modo que comienzo a guardarla nuevamente, las bebidas que aún nos quedaban las cubro con nuestra ropa, así resistirán un poco más estando frías.
Si quieres que sea tu padre entonces recuerda bien eso, nada de secretos.- de forma un poco ruda sujeto su mandíbula con una mano para hacer que gire su rostro, solo lo suficiente para poder verme, que nuestros ojos queden enfrentados por un momento.- nada de mentiras, jamás, porque si eres un niño malo me enfadare contigo.- luego de eso casi inmediatamente libero su rostro, mis manos vuelven a bajar a su cintura que rodeo de forma posesiva. Con mi barbilla apoyada sobre su hombro permanezco quieto, solo aguardando a que decidiera decir algo, aunque finalmente soy yo quien decide seguir.- te hablare sobre tu nacimiento cuando lleguemos al hotel, aquí no, imagino que tendrás muchas preguntas que con gusto responderé cuando nos encontremos en otra parte.- despacio alzo una mano con la que sujeto un mechón de sus cabellos, lo acaricio delicadamente, incluso lo huelo, disfruto del suave olor que desprende propio del joven en mis brazos.- en un lugar más privado, solo los dos.- lentamente presiono mis labios sobre su mejilla, seguramente mi barba de varios días rasparía la delicada piel.
Estate tranquilo.- finalmente de forma más enérgica coloco mis manos sobre sus hombros, cuidando no lastimarle decido que ya es momento de apartarlo de mí, porque seguramente de continuar manteniéndolo entre mis piernas acabaría por follarlo aquí mismo sin importar que estemos en una playa.- Aún queda mucho día, te gustaría que volviéramos a nadar? Yo te cuidare de las olas.- al hablar me percato de que nos había sobrado comida, no demasiada pero si la suficiente como para no querer desperdiciarla de modo que comienzo a guardarla nuevamente, las bebidas que aún nos quedaban las cubro con nuestra ropa, así resistirán un poco más estando frías.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Sáb Jun 08, 2019 9:59 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Estaba jugando con Kai quería saber hasta cuanto aguantaría la actitud que estaba tomando en este instante. -¿Te hubiera gustado que te pidiera algo más, comprometido? –de pronto, me estrecha entre sus brazos. Un abrazo de amantes que empezaban a conocerse, a saber del uno del otro, incluso sus más oscuros deseos.
Yo sabía que en un momento debía de sincerarme con él, y contarle sobre lo que me estaba sucediendo desde el momento en que deje a mi abuela. –Quieres profundizar más sobre lo que me está pasando. ¿Verdad? Ansias conocer la verdad que se esconde tras mi angelical rostro. Me obliga a mirarlo sosteniendo mi rostro entre sus manos para clavar su mirada en la mía, de esa forma intentaba intimidarme pero no lo lograba, no tenía miedo.
-¿Vas azotarme si me porto mal? –Quería ponerle a prueba, si, quería que entendiera que no era un humano corriente al que se podía dar órdenes. –Tienes mi palabra de que cuando llegue el momento de decirte la verdad, lo sabrás. –Pronto se separa para volver a abrazarme de forma protectora, o como lo haría un amante celoso al que deseaba el cuerpo del otro pero no se atrevía a confesar, no aun, no estaba listo para dar ese paso. –Confío en ti Kai. Tú debes confiar en mí. –cerré los ojos disfrutando de sus caricias y cercanía que me daba protección.
Igual esperaba a que cuando descubriera que no era un chico corriente continuara con esas muestras de afecto. De pronto se separa de mí, para ponerse de pie. Con la intención de intentar dirigir la conversación de antes a otra dirección. Posiblemente se había dado cuenta que mi actitud era la de ser un chico precavido, uno que no debía de precipitarse demasiado rápido, era mejor hacer las cosas en su debido tiempo. –Adoro nadar –confesé poniéndome de pie para acompañarlo al agua.
Allí me quede en la orilla miré alrededor por si volvía a ver aquel hombre vestido de túnica negra, había algo en ese hombre que me resultaba extraño. Creí que era una especie de brujo, o tal vez algo más poderoso, alguien que supiera que mis poderes se estaban manifestando. Porque podía percibir la energía que desprendía de su cuerpo en el instante en que intento atraparme con esa fuerza invisible.
Sabía que en algún momento debía de decirle a Kai sobre ese hombre, y este era ese momento, no podía guardarlo más tiempo. –Ese hombre… ¿Tú también la has visto, verdad? Vestido de túnica negra con un sombrero a juego. Es maligno, quiere matarme Kai…-
Me acerco para sujetarle los hombros mirarle con lagrimas en los ojos –Kai, estoy asustado. ¿Dejarías que ese hombre me matara? ¿Lo matarías si llegara a acercarse a mí? –Hasta cuanto sería capaz de hacer por mí, si era capaz de matar por tal de librarme de ese hombre, o dejar que me matara sin inmutarse. –Hay personas malas que pretenden matar a las personas buenas.
¡Yo soy bueno! – admití, aunque no estaba seguro del todo ante mi afirmación. Recordé el rostro del sacerdote que horrorizado me miraba mientras me rociaba agua bendita. La misma que empezaba a quemar mi piel. “Basta” me basto un segundo para mover la estantería dejarla caer encima del sacerdote.
-Ese es mi secreto. Temía que te enfadarías conmigo. –Le estrecho entre mis brazos de forma cariñosa –No, yo sé que tú me protegerías de él. –beso su mejilla caliente por el sol. Su corazón palpitaba de forma descontrolada dentro de su pecho. –Tú corazón palpita con fuerza. ¿Estás bien?
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por Kai Anderson Lun Jun 10, 2019 10:32 pm
Por mucho que quisiera evitar mostrarlo es inevitable que mi rostro acabe por reflejar el desencanto que experimentaba, todo porque ese mocoso del que me haría cargo se pensaba que yo era un idiota descerebrado al que se podía engañar. Por favor, yo estoy muy lejos de todo eso, no me importa si es el hijo de un maldito fantasma ni de qué clase de habilidades sea poseedor, yo no estoy dispuesto a ser el simple juguete manipulable a los deseos de un crio.- ¿Hablas del mismo sujeto que nos vigilaba en el centro comercial?.- enarco una ceja sin apenas mostrar algo de interés en sus lamentos, en ese llanto que podría engañar a muchos pero a mí no, sabía que era falso, que solo estaba actuando de esa manera porque quería hacer conmigo su voluntad.- Me parece que deberías ser capaz de protegerte a ti mismo.- de forma distante le tomo de los hombros para apartarlo de mí, mirar de frente ese rostro bañado en lágrimas, mismas que yo podía jurar eran falsas.
Te he dicho que nada de mentiras entre nosotros, y justo ahora me estas mintiendo, o tal vez sea más apropiado decir que ocultas la verdad lo cual es lo mismo.- sin dejarme ablandar doy un paso hacia atrás poniendo más distancia entre ambos.- Cuando alguien es importante para mi estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por él, sin importar que sea porque yo soy leal, y se recompensar a los que me son leales, pero tú no lo eres, me pides protección cuando no eres capaz de darme honestidad, si de esa manera deshonrosa, indigna, piensas actuar, entonces creo que me equivoque contigo, no te mereces ser amado por mí.- Comienzo a pensar que este comportamiento irreverente viene de familia pues Tate actuó de la misma forma cuando nos conocimos, claro que el después cambio, reconoció que su conducta dejaba mucho que desear y supo remediarlo para poder estar a mi lado como un amante; ahora me encontraba en una situación similar, y si Michael no es capaz de enmendar sus errores no me dejara otro remedio que abandonarlo completamente.
Ve a nadar, te estaré observando desde aquí. Sé que no tienes ningún lugar al que ir, pensaba llevarte conmigo a Michigan pero ahora que me has demostrado no ser de confianza temo que no podrá ser, lo mínimo que puedo hacer por ti es dejarte rentada una habitación de hotel para un par de días, si eres listo ese tiempo debería serte suficiente para conseguir un empleo y buscarte la vida.- tras decir esto regreso a la toalla donde me siento, las piernas cruzadas y los codos apoyados sobre las rodillas.- adelante, ve, no te voy abandonar aquí asi que puedes estar tranquilo.
Te he dicho que nada de mentiras entre nosotros, y justo ahora me estas mintiendo, o tal vez sea más apropiado decir que ocultas la verdad lo cual es lo mismo.- sin dejarme ablandar doy un paso hacia atrás poniendo más distancia entre ambos.- Cuando alguien es importante para mi estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por él, sin importar que sea porque yo soy leal, y se recompensar a los que me son leales, pero tú no lo eres, me pides protección cuando no eres capaz de darme honestidad, si de esa manera deshonrosa, indigna, piensas actuar, entonces creo que me equivoque contigo, no te mereces ser amado por mí.- Comienzo a pensar que este comportamiento irreverente viene de familia pues Tate actuó de la misma forma cuando nos conocimos, claro que el después cambio, reconoció que su conducta dejaba mucho que desear y supo remediarlo para poder estar a mi lado como un amante; ahora me encontraba en una situación similar, y si Michael no es capaz de enmendar sus errores no me dejara otro remedio que abandonarlo completamente.
Ve a nadar, te estaré observando desde aquí. Sé que no tienes ningún lugar al que ir, pensaba llevarte conmigo a Michigan pero ahora que me has demostrado no ser de confianza temo que no podrá ser, lo mínimo que puedo hacer por ti es dejarte rentada una habitación de hotel para un par de días, si eres listo ese tiempo debería serte suficiente para conseguir un empleo y buscarte la vida.- tras decir esto regreso a la toalla donde me siento, las piernas cruzadas y los codos apoyados sobre las rodillas.- adelante, ve, no te voy abandonar aquí asi que puedes estar tranquilo.
Kai Anderson
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por Michael Langdon Mar Jun 11, 2019 9:31 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Presté atención mientras Kai soltaba todo la mierda, hacía afuera, sabía que estaba furioso porque sus palabras se clavaron en lo más profundo de mi corazón, que palpitaba con fuerza en mi pecho. Le había traicionado, y no podía hacer nada para remediarlo. Solo mostrando la verdad, la verdad de mi naturaleza demoníaca, de ese modo me aceptaría o bien me rechazaría como lo hizo mi abuela. –De acuerdo. Te mostrare mi verdadera naturaleza. Observa atentamente. –
Humedecí mis labios me di la vuelta para dirigirme a la orilla de la playa. Me paré un momento y me di la vuelta mirando fijamente a Kai quien esperaba a que no me perdiera de vista. Observé que no había muchas personas de modo que no tendría problema en hacerlo, aunque no estaba seguro de que iba a suceder, debía de intentarlo.
Cerré los ojos, me concentre en el sonido de las olas, y alcé mis manos hacía arriba con los brazos extendidos. De pronto, el cielo comenzó a oscurecerse amenazador. El viento soplaba con fuerza logrando arrancar algunas sombrillas de algunos turistas despistados. Las pocas personas que había en la playa corrían de un lado a otro sin entender que estaba sucediendo; otras intentaban atrapar a tiempo la sombrilla que rodaba por la arena.
Abrí los ojos y ese instante comenzó a llover con fuerza. Las olas crecieron unos metros asustado algunos surfistas que perdieron el equilibro de su tabla, y cayeron al mar arrastrados hasta la orilla.
Esboce una amplia sonrisa sin apartar mi mirada de Kai dejando que el agua rozara mis dedos, podía sentir la magia fluyendo a través de mi. Me deje envolver por mi propio poder que me protegía de la tempestad. Pero era demasiado fuerte, demasiado para mi, empecé a sangrar por la nariz.
El cielo se abrió de pronto dispersando las nubes y la tempestad comenzó a calmarse como las olas que no presentaba un aspecto amenazador como antes. Los surfistas que habían caído al agua se quedaron sorprendidos por el cambio repentino. Se miraron unos a otros confusos. El resto de las personas lograron atrapar sus sombrillas a tiempo.
Caí a la orilla de rodillas jadeando, con la nariz sangrando, y la cabeza agacha. Reconocí los pies y me mire las manos para luego levantar la cabeza –Ahora sabes mi secreto. –las lagrimas brotaban de mis ojos y rompí a llorar, esta vez de verdad, lo hacía con el corazón. Tenía miedo de que Kai me rechazara por ser un monstruo.
Post Libre
por Kai Anderson Miér Jun 12, 2019 3:14 am
Me giro a tiempo para ver lo que Michael tenia que mostrarme, al parecer gracias a que mis palabras dieron resultado, me encantaría poder decir que todo resulto según lo planeado pero lo cierto es que no tenía ninguna seguridad, solo que si el chico hubiera seguido de testarudo yo estaba dispuesto a cumplir mi amenaza de abandonarlo, quizás no de forma definitiva pero si por el tiempo suficiente como para darle oportunidad de reconsiderar mi generosidad y así se diera cuenta de lo que estaba tirando por la borda.- Te observo, adelante niño.- sin inmutarme permanezco en mi sitio, solo mirándole de forma atenta como alza las manos en lo que en un comienzo me pareció una simple pantomima pero que de forma sorprendente tras unos instantes provoco que el cielo se fuera oscureciendo.
El cambio en el clima era demasiado para ser una simple coincidencia, lo que comenzó simples nuves y corrientes de viento acabo por convertirse en toda una tempestad en cuestión de segundos, con intensa lluvia y aire que parece salido de una tormenta tropical. Los bañistas asustados hacen lo posible por salir corriendo sin perder sus cosas, por el rabillo del ojo alcanzo a ver algunos surfistas que, incapaces de mantenerse en sus tablas, acaban por caer y ser arrastrados por las intensas olas. Aunque todo ese despliegue desaparece casi con tanta rapidez como llego, me doy cuenta de que al parecer Michael no es capaz de mantenerlo por más tiempo, su cuerpo no tiene la fuerza suficiente como para resistir a eso por lo que acaba colapsando, cayendo de rodillas sobre la arena con un hilillo de sangre escurriendo por su nariz.
A mis espaldas escucho las voces asustadas de los turistas, no tienen ni idea de que ha sucedido, de hecho no me sorprendería que aunque el clima volvió a la normalidad aun así decidieran largarse, todo porque el miedo se adueñó de sus débiles mentes. Pero yo no tengo miedo, así que no dudo en aproximarme, la mirada siempre fija en el por lo que cuando el alza su cabeza nuestros ojos se conectan.- Comprendo porque no sentías la confianza para contarme esto y no te culpo.- despacio me arrodillo frente a él, mis manos vuelan a ahuecar su rostro, paso suavemente por dedos por la fina piel de sus mejillas en un esfuerzo por retirar sus lágrimas aunque no tardan en salir más. Parece que al exhibirse de esta forma lo ha dejado salir todo a la vez, sus miedos y dolor, todas esas emociones que desde un principio tanto luchaba por ocultar y que ahora se muestran ante mis ojos, nítidas como en la superficie de un cristal.- Shh shh shh tranquilo mi niño.- susurro contra su frente en la que acabo por pasar mis labios, luego le abrazo y arrullo tratando de consolarlo como haría un padre con su pequeño hijo.
Tras unos instantes decido cargarlo en brazos, estaba bastante grande pero gracias al régimen de ejercicio que hice hace poco no me cuesta demasiado llevarlo de vuelta a nuestra toalla, si no se voló fue solo porque antes había tenido la precaución de asegurarla colocándole cosas pesadas en las esquinas.- No te pienso abandonar, ahora que has sido sincero conmigo podre quedarme a tu lado y protegerte.- Con sumo cuidado me las arreglo para volver a sentarme, con Michael sobre mis piernas y mis brazos rodeando su espalda amorosamente.- Eres mi niño precioso.- cariñoso reparto dulces besos por sus mejillas calientes, húmedas por los restos de lágrimas.- tranquilo que aquí esta papá para cuidarte.- con ternura beso sus labios, no de forma sexual, sino como una muestra afectiva hacia el precioso joven que tenía entre mis brazos.- tú no eres un monstruo, es imposible que tu padre pudiera hacer nada monstruoso.- despacio paso mis dedos por su cabello, estaba un tanto enmarañado luego de haber nadado en el mar así que con suma paciencia lo voy desenredando con mis dedos.- eres perfecto.- susurro por último, mi boca pegada a su sien cuando comienzo a entonar la suave melodía de una canción de cuna.
El cambio en el clima era demasiado para ser una simple coincidencia, lo que comenzó simples nuves y corrientes de viento acabo por convertirse en toda una tempestad en cuestión de segundos, con intensa lluvia y aire que parece salido de una tormenta tropical. Los bañistas asustados hacen lo posible por salir corriendo sin perder sus cosas, por el rabillo del ojo alcanzo a ver algunos surfistas que, incapaces de mantenerse en sus tablas, acaban por caer y ser arrastrados por las intensas olas. Aunque todo ese despliegue desaparece casi con tanta rapidez como llego, me doy cuenta de que al parecer Michael no es capaz de mantenerlo por más tiempo, su cuerpo no tiene la fuerza suficiente como para resistir a eso por lo que acaba colapsando, cayendo de rodillas sobre la arena con un hilillo de sangre escurriendo por su nariz.
A mis espaldas escucho las voces asustadas de los turistas, no tienen ni idea de que ha sucedido, de hecho no me sorprendería que aunque el clima volvió a la normalidad aun así decidieran largarse, todo porque el miedo se adueñó de sus débiles mentes. Pero yo no tengo miedo, así que no dudo en aproximarme, la mirada siempre fija en el por lo que cuando el alza su cabeza nuestros ojos se conectan.- Comprendo porque no sentías la confianza para contarme esto y no te culpo.- despacio me arrodillo frente a él, mis manos vuelan a ahuecar su rostro, paso suavemente por dedos por la fina piel de sus mejillas en un esfuerzo por retirar sus lágrimas aunque no tardan en salir más. Parece que al exhibirse de esta forma lo ha dejado salir todo a la vez, sus miedos y dolor, todas esas emociones que desde un principio tanto luchaba por ocultar y que ahora se muestran ante mis ojos, nítidas como en la superficie de un cristal.- Shh shh shh tranquilo mi niño.- susurro contra su frente en la que acabo por pasar mis labios, luego le abrazo y arrullo tratando de consolarlo como haría un padre con su pequeño hijo.
Tras unos instantes decido cargarlo en brazos, estaba bastante grande pero gracias al régimen de ejercicio que hice hace poco no me cuesta demasiado llevarlo de vuelta a nuestra toalla, si no se voló fue solo porque antes había tenido la precaución de asegurarla colocándole cosas pesadas en las esquinas.- No te pienso abandonar, ahora que has sido sincero conmigo podre quedarme a tu lado y protegerte.- Con sumo cuidado me las arreglo para volver a sentarme, con Michael sobre mis piernas y mis brazos rodeando su espalda amorosamente.- Eres mi niño precioso.- cariñoso reparto dulces besos por sus mejillas calientes, húmedas por los restos de lágrimas.- tranquilo que aquí esta papá para cuidarte.- con ternura beso sus labios, no de forma sexual, sino como una muestra afectiva hacia el precioso joven que tenía entre mis brazos.- tú no eres un monstruo, es imposible que tu padre pudiera hacer nada monstruoso.- despacio paso mis dedos por su cabello, estaba un tanto enmarañado luego de haber nadado en el mar así que con suma paciencia lo voy desenredando con mis dedos.- eres perfecto.- susurro por último, mi boca pegada a su sien cuando comienzo a entonar la suave melodía de una canción de cuna.
Kai Anderson
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Humanos
por Michael Langdon Miér Jun 12, 2019 9:01 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Parpadeo mirando fijamente a Kai quien sostenía mi rostro entre sus manos, podía sentirlas húmedas por el agua, y el familiar sabor en la comisura de mis labios de la sangre que brotaba de mi nariz. –Me ocurre cuando no puedo controlar mis poderes –le afirme. Kai se arrodilla frente a mí para retirar las lágrimas de mis ojos. Sollozo contra su hombro apoyando mi mejilla con fuerza, sacando todo el dolor, la tristeza que sentía en ese instante.
Le rodeo con mis largos brazos para sujetarme con fuerza cuando me toma en brazos, algo que me pillo por sorpresa –Lo siento. Te he manchado de sangre –Asentí cuando me confiesa que no me iba a dejar, que no me abandonaría como lo hizo mi abuela, a la que ya empiezo a olvidar poco a poco.
Dejé que me calmé de atención aunque me sentía un poco extraño, porque no acostumbraba a este tipo de trato afectivo. –Eso significa que podre ir contigo a Michigan. –Dije entusiasmado con una sonrisa en los labios - Me encantaría aprender de ti. Quiero que me enseñes tu mundo Kai. Ser parte de él. –Limpio mi nariz con una servilleta que había en la mochila de Kai, que con suerte no lo había arrastrado el viento. Apoyé la cabeza sobre su regazo cerrando los ojos y escuchando la suave melodía que me cantaba. Al rato me dormir plácidamente.
Tuvo un extraño sueño en el que estaba de pie frente a un santuario satánico. Había una mujer que me tendía una daga. Empuñe esta enterrándola en el pecho de la mujer que me la había ofrecido para abrirle el pecho. Extraje su corazón para apto seguido darle un mordisco. Kai estaba aplaudiendo. Un grupo de personas comienza a entonar una canción satánica.
Yo continuaba comiéndome el corazón crudo de la mujer, la sangre brotaba, y manchándome la barbilla y el resto de mi atuendo que era una tónica negra. Luego oscuridad. Sentí el sabor el fuerte forcejeo de algo. Desperté mirando a Kai boca arriba con la cabeza acostada entre sus piernas. Me levanté frotándome los ojos, y miré a mi acompañante, mi padre adoptivo, tal vez algo más que empezaba a sentir, hacía a él.
Torpemente le doy un beso en los labios me separo para luego ponerme de pie. –Se está haciendo tarde. Deberíamos de regresar al hotel. –Me arrodillo para buscar en la mochila mi camiseta que me vuelvo a poner. Y le tendí mi mano a Kai para que pueda levantarse –Yo llevare la sombrilla. – me cuelgo la mochila y me dirijo a cerrar la sombrilla para sacarla de la arena. Le pongo la funda, y espero a que Kai terminara para ponerme en marcha lo antes posible.
Post Libre
por Kai Anderson Sáb Jun 15, 2019 10:21 am
Aun cuando me percaté de que Michael acabo por quedarse dormido en mis piernas continúe cantando un poco más, tarareando de manera distraída y pasando mis dedos suavemente por sus cabellos a modo de arrullo. Sin duda era la persona más peculiar que me he encontrado hasta ahora, bueno, tal vez la explicación a eso sea que no es alguien ordinario ni mucho menos, y eso me encanta.
De alguna manera acabe por perder la noción del tiempo al estar de esa forma, supongo que pasaría cerca de una hora para el momento en que mi niño abre finalmente los ojos, aun bastante somnoliento comienza a desperezarse apartándose de mí, no sin antes buscar darme un ligero beso en los labios, apenas un rose que consigue formar una sonrisa en mi rostro porque se bien que esto solo es el principio de algo mas.- tendremos que buscar otro hotel porque no quiero llevarte al mío, seguro que todo el ruido que hay allí no te dejaría descansar, además prefiero un lugar con más privacidad.- Tal vez pasado uno o dos meses, cuando vuelva a aquí entonces si presente a Michael con James, pero no de momento, ahora necesito que el chico recupere fuerzas, que se vuelva más consciente de sus habilidades para que no sea fácil de influenciar por los numerosos fantasmas que habitan en el Cortez.- No te preocupes que yo me ocupare de todo.
Tras algunos minutos ambos ya estamos vestidos lo suficientemente desente como para que un taxista acepte llevarnos; cargamos con nuestras cosas, las que no se volaron por lo menos, y echamos a caminar. Saliendo de la arena no costo demasiado dar con un taxi, una vez adentro le pido al chofer que nos lleve a un hotel cercano al Cortez, principalmente porque allí seguía teniendo todas mis cosas y debía recuperarlas, eso aparte de darle alguna explicación a March antes de marcharme con Michael de la ciudad.- tendría que comprarte más ropa ahora pero creo que con esa será suficiente por el momento.- le comento distraído, por la ventanilla las calles ya me comenzaban a parecer más familiares conforme nos acercábamos al hotel.- mañana mismo viajaremos a Michigan, una vez allí te daré todo lo que necesites.- poco tarda el taxi en detenerse, aparca justo frente a un edificio bastante viejo, parece el típico donde las putas acostumbran llevar a sus clientes, pero para pasar una sola noche nos vendrá perfecto.
Tras pagar al chofer y bajar nuestras cosas guio al chico al interior, allí había una pequeña recepción donde pido una habitación para dos, a juzgar por la mirada de la recepcionista esta debe pensar que somos amantes o algo y yo no pienso sacarla del error. Luego de pagar y que me entregara la llave finalmente podemos dirigirnos a nuestro cuarto, este no era nada del otro mundo, dos camas, una televisión, ventilador, baño… lo indispensable para pasar la noche, solo eso.- Sera mejor que nos demos un baño o no podremos descansar nada, puedes hacerlo solo?.- entrecierro un poco los ojos sin apartar la mirada de él; creo que debería ser capaz de asearse por sí mismo, pero tras unos segundos de debate interno decido que lo mejor es que le acompañe, de ese modo podre asegurarme de que lo haga concienzudamente y estaré pendiente de cualquier cosa que le pase.- olvídalo mejor que entremos juntos.- me esfuerzo por contener un suspiro de molestia al recordar que no tengo aquí nada ropa aparte de la que llevamos en la playa, posiblemente llena de arena.
Tal vez de rato pueda llamar a Iris y pedirle que me traiga mi maleta, seguramente no estará feliz con eso pero si le pido a James que se lo ordene no podrá oponerse. Como sea ya me ocupare de eso más tarde, por ahora me limito a sacarme toda la ropa hasta quedar completamente desnudo; sin pizca de pudor me aproximo a Michael para ayudarle a desnudarse igual, luego sacudir un poco las prendas y dejarlas extendidas sobre el tocador para que se oreen un poco.
Tomándole de la mano le arrastrado conmigo al cuarto de baño donde primeramente me ocupo de que el agua tenga una temperatura agradable, me cuesta un poco pero al fin se siente templada así que podemos ponernos bajo el chorro.- debes lavar bien todo tu cuerpo, no te olvides de ninguna parte.- le indico al tiempo que me enjabono y tallo bien la cabeza.- no quisiera tener que hacerlo por ti.
De alguna manera acabe por perder la noción del tiempo al estar de esa forma, supongo que pasaría cerca de una hora para el momento en que mi niño abre finalmente los ojos, aun bastante somnoliento comienza a desperezarse apartándose de mí, no sin antes buscar darme un ligero beso en los labios, apenas un rose que consigue formar una sonrisa en mi rostro porque se bien que esto solo es el principio de algo mas.- tendremos que buscar otro hotel porque no quiero llevarte al mío, seguro que todo el ruido que hay allí no te dejaría descansar, además prefiero un lugar con más privacidad.- Tal vez pasado uno o dos meses, cuando vuelva a aquí entonces si presente a Michael con James, pero no de momento, ahora necesito que el chico recupere fuerzas, que se vuelva más consciente de sus habilidades para que no sea fácil de influenciar por los numerosos fantasmas que habitan en el Cortez.- No te preocupes que yo me ocupare de todo.
Tras algunos minutos ambos ya estamos vestidos lo suficientemente desente como para que un taxista acepte llevarnos; cargamos con nuestras cosas, las que no se volaron por lo menos, y echamos a caminar. Saliendo de la arena no costo demasiado dar con un taxi, una vez adentro le pido al chofer que nos lleve a un hotel cercano al Cortez, principalmente porque allí seguía teniendo todas mis cosas y debía recuperarlas, eso aparte de darle alguna explicación a March antes de marcharme con Michael de la ciudad.- tendría que comprarte más ropa ahora pero creo que con esa será suficiente por el momento.- le comento distraído, por la ventanilla las calles ya me comenzaban a parecer más familiares conforme nos acercábamos al hotel.- mañana mismo viajaremos a Michigan, una vez allí te daré todo lo que necesites.- poco tarda el taxi en detenerse, aparca justo frente a un edificio bastante viejo, parece el típico donde las putas acostumbran llevar a sus clientes, pero para pasar una sola noche nos vendrá perfecto.
Tras pagar al chofer y bajar nuestras cosas guio al chico al interior, allí había una pequeña recepción donde pido una habitación para dos, a juzgar por la mirada de la recepcionista esta debe pensar que somos amantes o algo y yo no pienso sacarla del error. Luego de pagar y que me entregara la llave finalmente podemos dirigirnos a nuestro cuarto, este no era nada del otro mundo, dos camas, una televisión, ventilador, baño… lo indispensable para pasar la noche, solo eso.- Sera mejor que nos demos un baño o no podremos descansar nada, puedes hacerlo solo?.- entrecierro un poco los ojos sin apartar la mirada de él; creo que debería ser capaz de asearse por sí mismo, pero tras unos segundos de debate interno decido que lo mejor es que le acompañe, de ese modo podre asegurarme de que lo haga concienzudamente y estaré pendiente de cualquier cosa que le pase.- olvídalo mejor que entremos juntos.- me esfuerzo por contener un suspiro de molestia al recordar que no tengo aquí nada ropa aparte de la que llevamos en la playa, posiblemente llena de arena.
Tal vez de rato pueda llamar a Iris y pedirle que me traiga mi maleta, seguramente no estará feliz con eso pero si le pido a James que se lo ordene no podrá oponerse. Como sea ya me ocupare de eso más tarde, por ahora me limito a sacarme toda la ropa hasta quedar completamente desnudo; sin pizca de pudor me aproximo a Michael para ayudarle a desnudarse igual, luego sacudir un poco las prendas y dejarlas extendidas sobre el tocador para que se oreen un poco.
Tomándole de la mano le arrastrado conmigo al cuarto de baño donde primeramente me ocupo de que el agua tenga una temperatura agradable, me cuesta un poco pero al fin se siente templada así que podemos ponernos bajo el chorro.- debes lavar bien todo tu cuerpo, no te olvides de ninguna parte.- le indico al tiempo que me enjabono y tallo bien la cabeza.- no quisiera tener que hacerlo por ti.
Kai Anderson
Mensajes : 91
Fecha de inscripción : 03/10/2018
Humanos
por Michael Langdon Jue Jun 20, 2019 9:15 pm
Canto demoníaco|| 12 Lunes 2015
Estaba feliz porque había encontrado a alguien que no se asustaba con mis poderes, temí por un momento que este humano acabaría huyendo de mi cuando descubriera la verdad, pero en lugar de eso me había ofrecido su protección.
–Agradezco que no huyeras de mí. Que me aceptaras lo que soy. –Asentí para dirigí mi mirada a la ventanilla del taxi que se ponía en movimiento. Esbocé una sonrisa tras escuchar de la boca de Kai que nos iríamos mañana por la mañana a Michigan. Siempre he querido viajar, conocer otros estados, para averiguar mi propósito en este mundo. La razón por la que me habían dado estos poderes a los que debía de familiarizarme.
Cuando llegamos a nuestro destino, kai se ocupo de pagar el taxista, entre tanto recogía nuestras cosas del maletero. Entramos en un hotel que pago con su tarjeta de crédito que tenía en su cartera. Miré fijamente al recepcionista quien le entrega la llave.
Se alegraba de que alguien después de dos meses hubiera alquilado una habitación. Ya que el hotel no era precisamente el mejor de la zona. A pesar de ello los dueños se ocupaban de mantenerlo como podía. Leí sus pensamientos, en dichos pensamientos averigüe que el hotel pertenecía a su padre desde los años veinte. También descubrí que el mismo había asesinado a su padre por la herencia. Era grandioso el poder escavar en los profundos recovecos de una mente oscura, él era oscuro, podía verle, pero no le juzgaba, porque tenía sus motivos para asesinar a su padre, y era que la codicia era mucho más grande que el amor familiar.
Entré en la habitación deje las cosas encima de la cama, justo en ese momento miré como Kai se deshacía de la ropa que iba dejando en el suelo. Para luego invitarme a que le acompañara al baño. Se acerca a mi desnudo sin pudor alguno, y comienza a deshacerse de mi ropa. Yo me quede mirándole fijamente con cierto rubor en mis mejillas.
Puedo hacerlo solo –Me bajé los bóxer nervioso por la situación que se había presentado de pronto. No había necesidad de sentirme avergonzado porque era algo natural, pero no podía evitarlo; Era la primera vez que mostraba a mis atributos a otra persona de mi mismo sexo. Bajé la mirada a su miembro circundado con grandes testículos colgando, y espeso vello púbico cubriendo la zona.
Me acerque para tomar el bote de champú que estaba en el estante de arriba–Es agradable. ¿Verdad? Darse una ducha después de pasar un buen día en la playa –Me quede un rato debajo de la ducha frotando mi cuerpo hasta que termine; Kai me miraba en todo momento no apartaba su mirada de mi cuerpo.
Al leer su mente no pude evitar sonreír con sus pensamientos pecaminosos; parecía que sentía la necesidad de expresar las cosas de una forma profunda mediante el sexo. Yo era virgen no sabía cómo reaccionar ante eso.
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